Puntillosa y muy aguda. Una autopsia escalofriante de un país entero. Y en medio, los cadáveres de los jueces Falcone y Borsellino. Y en el fondo, Berlusconi.
Una historia de gánsters que mezcla crimen y caos. Aunque intenta evocar a 'Bonnie & Clyde', el verdadero atractivo radica en un elenco único y sobresaliente. Resulta entretenida.
La primera obra maestra de uno de los francotiradores más cautivadores del cine francés. Según la novela de Pierre Lesou, es una gélida radiografía de la mentira. Thriller intenso con aires de tragedia clásica.
Cavestany presenta un existencialismo del extrarradio en una extraña sinfonía desquiciada. Junto a 'El Señor' y 'Diamond flash' de Carlos Vermut, forman un binomio singular de películas perfectas, perturbadoras y a la vez iluminadoras.
Simpático y fresco ejercicio de astucia. La relación de pareja en el centro de un tiroteo cruzado de guiños y codazos cómplices, de la mano de un guión que exibe un prodigioso oído para cazar imposturas de jóvenes insatisfechos.
Lo propuesto es tan demoledor como libre de marca. Las imágenes funcionan como una enciclopedia simbólica de nuestro tiempo. Por cada aforismo, una pedrada.
La película introduce un nuevo género: el 'metathriller'. Todo esto se complementa con un sentido del humor sutilmente estrafalario, característico del cine contemporáneo. Presenta una intriga intensa, caótica y brutal.
Un drama de época tan peculiar, personal y, por supuesto, turbio que no queda otra que rendirse. Lanthimos acierta a acercarse como nunca antes a sí mismo.
Rara vez la cartelera de cine programa uno de esos instantes de felicidad plena a los que, cinéfilo o lo contrario, conviene entregarse (...) es una comedia tan cerca de la realidad que parece fantástica.
Magistral ejercicio de hipnotismo. Pablo Berger crea uno de los más audaces y brillantes ejemplos de equilibrio cinematográfico que ha ofrecido el cine español en los últimos tiempos.
Hasta esta película, Yimou tejía narraciones con precisión. Ahora, todo ha cambiado. Abordando el tema del capitalismo voraz, se percibe una fractura. La estructura se descompone y la sintaxis se desdibuja. No hay una historia como tal, sino una ironía vibrante y provocadora.
Entre la comedia negra y el frenesí más simple, la película se mantiene en un terreno inestable. No obstante, gracias al talento de los actores, la trama avanza, aunque de manera algo irregular.
Lejos de Álex de la Iglesia la tentación del buen gusto, el director logra transformar un encantador ejercicio de estilo en un frenético despliegue donde cada cristiano que aparece es rápidamente decapitado.
Es un despliegue tan confuso y desproporcionado como sorprendentemente hipnótico y naive. La magia reside en lo impredecible, en esa habilidad tan característica de Besson para combinar lo pomposo y lo ingenuo con un desparpajo que asombra.
Collet-Serra vuelve a demostrar su efectividad en un thriller inspirado lejanamente por Lumet. Sin embargo, el manierismo excesivo de ciertas secuencias perjudica la experiencia.
Gabriele Mainetti sorprende con una interpretación contemporánea del concepto de superhéroe, aportando un enfoque fresco y original que mezcla elementos de la cultura pop y el posmodernismo.