La vida de un célebre bandido ofrece una fascinante exploración de las raíces de la sociedad italiana, gracias a un director y una película que marcaron un antes y un después en el cine del país. Es una obra cinematográfica sobresaliente.
Comedia dramática que explora la condición femenina, la soledad y la ardua tarea de sobrevivir a uno mismo. Con un enfoque desdramatizado, incluye incluso dos huevos duros. Los diálogos son complejos y se presentan en una serie de situaciones poco probables. Aunque es una propuesta arriesgada, no logra acertar del todo.
Simpático y fresco ejercicio de astucia. La relación de pareja en el centro de un tiroteo cruzado de guiños y codazos cómplices, de la mano de un guión que exibe un prodigioso oído para cazar imposturas de jóvenes insatisfechos.
Lo propuesto es tan demoledor como libre de marca. Las imágenes funcionan como una enciclopedia simbólica de nuestro tiempo. Por cada aforismo, una pedrada.
Es una de esas comedias en la que todo está permitido: desde el costumbrismo ligeramente rancio al 'gore' descerebrado pasando por la crítica social. Todo cabe en una celebración, muy civilizada eso sí, de la comedia negra de acento británico, aunque suceda en Estados Unidos.
El director juega a trazar ironías, crear bromas y derramar sangre. El resultado es idéntico a lo que ya hemos visto antes. Sin embargo, ¿quién puede resistirse? Nadie como Neeson para silenciar a los críticos.
Peter Strickland explora su universo fetichista en la hipnótica, divertida y sorprendente 'In Fabric', una película que palpita con cada movimiento y en cada cuchillada.
The square vive toda ella alimentada por la ira, por la necesidad de contarlo todo en cada plano, por vencer por acumulación. Y así pierde buena parte de su fuerza por el caos en el que vive desde el primer plano.
Enrabietada y violenta invitación al caos. el resultado es más bien difuso. Pierde fuerza cuando se empeña en el discurso más o menos evidente y gana enteros cuando salpica la furia.
Hasta esta película, Yimou tejía narraciones con precisión. Ahora, todo ha cambiado. Abordando el tema del capitalismo voraz, se percibe una fractura. La estructura se descompone y la sintaxis se desdibuja. No hay una historia como tal, sino una ironía vibrante y provocadora.
Entre la comedia negra y el frenesí más simple, la película se mantiene en un terreno inestable. No obstante, gracias al talento de los actores, la trama avanza, aunque de manera algo irregular.
Lejos de Álex de la Iglesia la tentación del buen gusto, el director logra transformar un encantador ejercicio de estilo en un frenético despliegue donde cada cristiano que aparece es rápidamente decapitado.
Un retrato hiriente, ambiguo, incómodo y muy salvaje de lo que nos ocurre. Se sitúa en el ámbito de aquellas películas que explican poco, no aleccionan y, de forma intencionada, provocan malestar.
¿La más pretenciosa de sus películas o la más disparatada de sus ocurrencias? las dos cosas Imposible retirar la mirada de algo tan sugerente y magnéticamente repulsivo. Trier en estado puro.
Puntillosa y muy aguda. Una autopsia escalofriante de un país entero. Y en medio, los cadáveres de los jueces Falcone y Borsellino. Y en el fondo, Berlusconi.
McNaughton muestra un cambio en su enfoque después de "Henry, retrato de un asesino". Lo que antes era intenso y provocador ahora se traduce en una especie de rabia infantil. Puede resultar entretenido en ocasiones, mientras que en otras puede ser un poco molesto.