Una bellísima película, tan precisa en cada uno de sus detalles como desesperada. 'Maya' es un retrato de dos existencias extraviadas en una India idealizada y familiar que nos lleva a los paisajes de Jean Renoir.
Lisandro Alonso presenta en 'Jauja' una de las experiencias más intrigantes y emocionantes del año, acercándose a lo que podría considerarse una obra maestra.
La predestinación se encuentra atrapada en una atmósfera visualmente impactante, complementada por actuaciones que son, en ocasiones, verdaderamente hipnotizadoras, destacando especialmente el desempeño de Winslet.
El primer tercio brilla con una autenticidad desprejuiciada y salvaje. La película desafía constantemente las expectativas del público, convirtiéndose en un verdadero monumento al anticlímax, lo que resulta en una experiencia inextricable y compleja.
El 'western' se presenta sin armas, liberándose de su habitual y desgastada obsesión por la masculinidad. Fastvold ofrece una visión innovadora que desafía las convenciones de una tradición cinematográfica antigua y polvorienta.
Es un cine que se adentra en lo desconocido y es consciente de los géneros que lo componen. 'Blackwood' brilla como un ejemplo excepcional, destacándose por su admirable y cautivadora narrativa.
Desinhibido y lenguaraz cruce entre el western, la comedia y los gestos resueltos. Es decir, lanzada a buen ritmo, un película con la lúcida virtud de la simpatía.
Ennio Morricone realiza una magnífica composición musical, mientras que Silva y Duryea aportan un toque picante como villanos. Lo demás es un típico spaguetti algo exagerado. En general, resulta ser una película entretenida.
Las intensas actuaciones y la valentía para llevar los encuadres al límite del expresionismo logran, en última instancia, solo generar una sensación de ruido.
Ana Díez inicia su carrera como directora con una obra que destila valentía al abordar el complejo tema de 'la cuestión vasca'. Este drama, sin eufemismos, ofrece una representación auténtica y precisa de la realidad que rodea este conflicto.
El director logra mejorar en comparación con sus obras anteriores. Ahora, con la aportación de Vermut, la narrativa se adentra en un melodrama que combina un tono barroco y oscuro, creando una experiencia tanto deslumbrante como desconcertante.