No sólo el mejor, más cruel y más divertido a la vez, trabajo [de Larraín] sino que comparte con obras como 'Saló o los 120 días de Sodoma', de Pasolini, o 'Funny games', de Haneke, la virtud del 'shock'.
Es una celebración auténtica para aquellos que están comprometidos con esta divertida propuesta, que resulta también protocolariamente mimética. La película avanza con rapidez, es amena y guarda una sorpresa al final. No podemos pasar por alto que Tina Fey continúa siendo la colosal Tina Fey.
Una grata (aunque dolorosa) sorpresa. Su irregularidad, imperfección y a veces torpe pomposidad la convierten en una obra única y magnética; tan irresistible como árida.
Melodrama sin alma o testimonio sin argumento, la película se limita a presentar lo que existe. Infectada de pura realidad y buena voluntad, todo parece falso.
Molly Manning Walker debuta como directora con el ímpetu y la claridad del mejor de los estrenos posibles. Pocas películas de adolescentes son tan emocionantes, tiernas y vívidas.
Mario Casas debuta en la dirección con una película 'autotune' que, aunque no presenta errores, tampoco logra destacar. Es tan afectada y pomposa que se siente completamente perdida.
Cálida, triste y resplandeciente. Intensa, emocional y profundamente ética. Eso y nada más es 'Armageddon Time', la crónica del momento exacto en que un cierto mundo llegó a su fin y del que surgió el que ahora pisamos.
La explosión de libertad sin reglas, géneros ni banderas que intenta ser y lo logra. Hay películas que trascienden la pantalla. 'Rainbow' es una de ellas, y su esencia no se observa, se baila.
La magia de Hosoda se presenta al espectador sin filtros, ofreciendo una película inquietante en su desequilibrio y transparente en su exceso. Es una experiencia pura y contradictoria, reflejando la esencia de Hosoda.
Obra maestra de la repetición. Spielberg reproduce meticulosamente la película de Robert Wise de 1960, logrando una obra que es idéntica y a la vez completamente distinta. Es una experiencia que permite redescubrirlo todo como si se viera por primera vez.
Clara Roquet sorprende con una brillante y dolida lectura de la condición del privilegio. Es en su capacidad para presentarse de manera auténtica y sin artificios donde destaca notablemente. Un deslumbrante debut.
Un cine elíptico y rocoso que navega entre climas, sensaciones y estados de ánimo. Funciona con una claridad inusual en cada una de las sombras que presenta.
No parece una serie, sino un profundo y meticuloso ejercicio cinematográfico que deja una huella duradera. Su intensidad abruma y a la vez genera entusiasmo en igual medida.