La intensidad de ciertas escenas, realzadas por la voz poderosa de su protagonista, logran justificar algunas debilidades. Es una pena que el guión sea tan sencillo.
Es una película con una estética poco convencional que, sorprendentemente, atrae y fascina. Su estilo audaz desafía las normas de la belleza y logra cautivar al espectador con su insistencia en romper con los convencionalismos.
Yerzhanov transforma las pautas del noir en un neorrealismo singular, lleno de matices y vibrante, pero también implacable. Su ritmo es pausado, casi languideciente, lo que añade una dimensión interesante a la narrativa. Una obra brillante.
Una película que presenta altibajos, con un tono grave y momentos de diversión. Es ingenua en ciertos aspectos, pero también muestra sabiduría en otros. Tiene una narrativa a veces desorganizada y siempre resulta impredecible. Además, su profundidad y carga sentimental son innegables.
Ganas dan de arrancarse los ojos y usarlos para taparse los oídos. Lo peor, en cualquier caso, es la absoluta falta de camisas de la talla correcta para Casas.
Agentes de la KGB se afanan en la eliminación de disidentes. En esto llega un joven de la CIA y entre siglas y arrebatos se va una cinta arrojada a las fauces inmisericordes de la rutina.
Película de marcianos de serie B con presupuesto de serie A al cubo. El delirio más bobo jamás filmado. Lo del presidente a lo Top Gun, impagable. Pues eso, el vértigo de lo escandalosamente torpe.
Una de las películas más creativas y entretenidas del cine contemporáneo. Presenta de manera sutil e inteligente una reflexión sobre los límites de la realidad, con un enfoque crudo que la hace aún más impactante. Un verdadero brillo.
El director presenta una intensa y perturbadora representación del vacío. El público se ve envuelto en el sufrimiento del protagonista, lo que genera una conexión profunda con su dolor.
Zurlini nos regala dos de las obras más impactantes y conmovedoras del cine italiano, esta película y "La chica con la maleta". Un momento inolvidable es el descenso de las escaleras después del baño.
Es esencialmente un cine que desafía la lejanía, plasmando un genuino temor al vacío. La historia se presenta al espectador con la inmediatez de lo real. Es una experiencia cinematográfica que conecta con lo más profundo.
A pesar de carecer de enfoque, la película logra, en ciertos momentos, convertir su falta de coherencia en una justificación para causar impacto. Es intensa en su caos.
Fallida a ratos, confusa en ocasiones, pero siempre estimulante y difícil de clasificar. Es un gran cine que refleja nuestra pequeñez. Es una película audaz, surrealista, caótica y, sobre todo, libre.
Tiago Guedes transforma la reciente historia de su país en un melodrama desigual. Presenta un derroche épico que es tanto atractivo como intenso, aunque con cierta irregularidad.