La película no solo denuncia injusticias, sino que también las expone claramente. A través de su lente, se sigue a personajes atrapados en realidades duras, explorando sus luchas más superficiales y cotidianas.
La cámara de Dumont no solo muestra, sino que también invita a la reflexión y, en ocasiones, puede resultar desconcertante. Su estilo provoca incomodidad y hasta puede llegar a irritar, pero siempre estimula el pensamiento, lo cual es muy apreciado.
El director captura la esencia humana en medio de la brutalidad, mostrando el dolor de una intervención quirúrgica a corazón abierto. Es una película que deja al espectador pensando, combinando desconcierto con una profundidad sorprendente.
Lo más destacable, por su originalidad y su ingenio, es cómo desafía las expectativas del público, llevándolo a una experiencia que resulta tanto salvaje como placenteramente única.
Es una película con un enfoque inteligente y pausado, que juega con su propia naturaleza y ofrece una experiencia consciente y divertida. Su brillantez es indiscutible.
El espectador se embarca en una profunda reflexión junto a los protagonistas atormentados, experimentando un ritual cinematográfico que se convierte en una ceremonia de repetición. Esta experiencia resulta tan emocionante como agotadora.
Es una obra que carece de auto-confianza y resulta repetitiva. Aunque cuenta con momentos de gran impacto visual y sensorial, su intensidad puede resultar abrumadora.
Es un cine que se adentra en lo desconocido y es consciente de los géneros que lo componen. 'Blackwood' brilla como un ejemplo excepcional, destacándose por su admirable y cautivadora narrativa.