Película imperfecta y con altibajos, pero, lo crucial, en ciertos momentos resulta cautivadora, ofreciendo una experiencia tanto fascinante como incómoda.
Un relato en forma de laberinto que resulta obsesivo, delirante y cautivador. Es una fábula moderna, romántica, despiadada y tan peculiar que parece la máxima expresión del propio Bonello.
Brillante y perturbador estudio de asuntos tales como la identidad, los límites del humor y, por qué no, el sentido de todo esto. (...) Por resumirlo mucho: hipnótico.
Lo más destacable de 'De Palma' es cómo el director supera la brecha que a menudo existe con los medios. Sin embargo, se podría mejorar en cuanto a orden y estructura, y se extraña un toque de originalidad en la propuesta.
Funciona como una sutil onomatopeya, una aliteración que prioriza la imagen sobre el sonido. Es una invitación a observar el mundo con ojos nuevos, algo que la Velvet logró y que Haynes retrata en su película. Brillante.
'Zonda' brilla en la pantalla con una intensidad ardiente. Los diversos números musicales se entrelazan de manera visual, fluyendo uno tras otro, en una narrativa silenciosa que refleja la esencia del mundo. Tiene un aire poético, y realmente lo es.
Un espectáculo cargado de pasión y caos, que parece haber salido de un programa de telerrealidad. Es melancólico y, lo más inquietante, excesivamente ruidoso.
Una reinvención del romanticismo que no cae en clichés, aunque su resultado es desigual. Es un tanto cursi, pero posee una elegancia particular. Florence Pugh y Andrew Garfield ofrecen interpretaciones sobresalientes que ayudan a entrelazar el drama.
Una historia de amor que se presenta como una bella metáfora, mostrando la lucha de una mujer indígena entre las raíces de su tradición y los desafíos de la modernidad.
Depardieu brilla como nunca. Este hermoso melodrama se sostiene gracias a la poderosa expresión de su gesto, cuerpo y voz, que incluso nos regala una interpretación musical. Un verdadero grande del cine.
Una mirada al confinamiento que explora temas como la vejez, la muerte, el amor y la responsabilidad. Ver '100 días con la tata' es inevitablemente despertar un profundo sentimiento de envidia y anhelo, una emoción palpable.
Los santos inocentes se presentan como un 'western' apocalíptico en un formato inusual y oscuro. F. Javier Gutiérrez mantiene su visión singular y perturbadora del apocalipsis agrario, ofreciendo una crítica brillante y provocadora.
Entre la extravagancia y la desmesura, la película brilla al enfocarse en su faceta cómica, sin embargo, sufre cuando los Larrieu intentan ir más allá de ello.
La película se presenta como una conmovedora comedia romántica que también toca el drama. Winona se siente insegura. Los recuerdos y las inquietudes propias de la juventud se mezclan en una actuación llena de matices.