El filme incluye todos los elementos esenciales de su género: acción, suspense y personajes cercanos. Sin embargo, deja una sensación de repetición. Aún así, mantiene el interés gracias a la habilidad de su creador, su intriga constante y el talento del elenco, incluyendo a Gillain.
Una fábula creativa que aborda la lucha contra la adversidad. Su atractivo radica en un ritmo dinámico y un montaje habilidoso, acompañado de un guión que mantiene la atención del espectador en todo momento.
¿Es posible encontrar algo nuevo en una secuela hecha con tanta prisa? La respuesta es no. Sin embargo, atraerá a los fans del género, ya que su bajo presupuesto se asemeja al estilo de la primera entrega, manteniendo una efectiva capacidad para generar miedo.
Con una mirada paciente, cercana y nada convencional, Bermúdez reconstruye un vínculo entre lo inevitable y la perversión de los juegos con reglas manipuladas.
Cruce un tanto ortopédico entre filme de gran espectáculo y peripecia intimista y amorosa. La combinación de estas dos facetas no logra funcionar de manera convincente en la pantalla.
Plaza demuestra una gran habilidad en su labor, logrando que los espectadores pasen por alto los notables altibajos de la trama, que resulta insatisfactoria en algunos momentos.
La película presenta una atmósfera oscura y algunas falencias en el guion, pero cuenta con una narración sólida y una estética visual que la convierten en una propuesta interesante.
Western lisérgico y con un toque de esoterismo delirante, esta película se destacará en la historia del cine como uno de los primeros y, a la vez, más extravagantes ejemplos de western psicodélico.
Torpe intento de resucitar los filmes hispanos del oeste. Corcoran destroza todo lo bueno que podía tener el asunto. La fotografía, muy bien. El que firme el guión Uribe es un misterio. Público sensato, abstenerse
Una película que se disfruta sin mayores complicaciones, con una narrativa que oscila entre lo dulce y lo ingenuo, pero que cumple su objetivo. Las repercusiones de la historia dependen de la interpretación del espectador.
La historia se desarrolla a través de su viaje, desde la actividad estudiantil hasta la clandestinidad en ETA, mostrando lo más destacado del filme. Su llegada a nuestras pantallas es bienvenida, ya que plantea una discusión matizada sobre uno de los problemas más dolorosos de nuestra sociedad.
La película destaca por su ejecución pulcra, ofrece un entretenimiento continuo con acción incesante. Su estilo es contundente, con la elegancia característica de Woo, aunque a veces puede excederse. Es una apuesta segura para quienes disfrutan del cine de aventuras.
Posee una inquietante habilidad para atraer, con una cualidad fantasmal hipnótica que la convierte en una opción interesante para quienes disfrutan del suspense inteligente.
La puesta en escena se centra en sustos y apariciones, pero no ofrece más. Es tan predecible y tediosa que solo puede ser disfrutada por los fanáticos del género.
Un film impecablemente diseñado, que avanza sin titubear, con un ritmo imparable que revela las inquietantes realidades de un mundo laboral cada vez más deshumanizado.