Un monumento al quiero y no puedo, una aparentemente lujosa superproducción que, en realidad, está hecha con pocos recursos, mucho efecto digital y actores en horas bajas. La historia sentimental refleja una pudibundez que merece una causa mejor.
Filme autoritario y militarista que, aunque ofrece un buen inicio para la trama, falla en la resolución. Su desarrollo es lento, excesivamente largo y termina siendo predecible.
Las actuaciones son sobresalientes y representan lo mejor de la película. Destacan su autenticidad, dinamismo y la profunda humanidad que transmiten los actores, lo que compensa sus fallos.
El trío protagonista despliega una fuerza impactante, logrando una alquimia que Azcona y Bigas persiguen con éxito parcial. La actuación de Watling asegurará que esta película continúe siendo recordada por mucho tiempo.
Empalagosa y alejada de la realidad de la sociedad española, esta obra solo podrá atraer a aquellos adolescentes que no recuerdan y a los seguidores fervientes de los personajes principales.
Un filme intrigante, filmado en Japón por un director francés con un elenco japonés, que explora las estructuras del cine de crimen estadounidense. Aporta una visión fresca y original, celebrando la fusión cultural.
Conciso y brutal filme que oscila entre la denuncia y la reflexión sobre las condiciones de vida en el Rio de Janeiro de hoy. Su virtud: el tono documental, de palpable fuerza, que le pone a recaudo de su anécdota de base.
Interesante marcianada, una película que, a pesar de sus defectos e imperfecciones, logra ganarse nuestro amor. Sin duda, es un ejemplo único que desearíamos ver más a menudo.
No es una película fácil, pero tiene una energía palpable y vibrante. Es una obra que refleja la juventud con pasión. Destaca especialmente su tono documental, que le otorga un enfoque único.
Versión rebajada de la deslumbrante novela. Le falta la locura y el arrebato que caracterizan a sus personajes, así como un guion sólido que impulse la narrativa.
A pesar de ser esencialmente teatro grabado, Othello de Stuart Bunge (o de Laurence Olivier) posee un poder hipnótico que sigue atrayendo a la audiencia. Los actores aportan un valor añadido a este texto que nunca deja de ser inmortal.
Vehículo producido por la Bullock a mayor gloria de su dispersa, declinante carrera, el filme no supone el menor matiz interesante en el discurrir, tan cansino, de la comedia romántica.
La historia comienza con una premisa interesante y se mantiene firme a lo largo de su desarrollo. La narrativa es excepcional y presenta personajes muy realistas. Sin embargo, termina reflejando el conservadurismo y el temor al riesgo característicos de nuestra era.
La película destaca por su habilidad en equilibrar el caos y la emoción, además de contar con diálogos excelentes y una química notable entre los protagonistas. Gómez Pereira demuestra que su talento en la comedia sigue intacto.