De lo que aquí se trata es de exponer con la máxima objetividad unos hechos, y que el espectador sea el que dictamine (...) Leigh, con tanta astucia como honestidad intelectual, hace que a esa mujer, el centro de un dilema que no es de ayer, sino de ahora mismo, la interprete una actriz fenomenal
Terso, evocador y riguroso drama provinciano, es una opción recomendada para aquellos espectadores que no se dejen llevar por la prisa ni se vean afectados por las trivialidades del cine convencional.
Tiene aires pesadamente alemanes, un poco didactista de más, un poco demasiado atada a la palabra. Pero es también lúcidamente denunciatoria y compensada en el balance final entre búsquedas y logros.
Exhibe una producción francamente mejorable, un guión atropellado e increíble. Será recordada en el futuro solo como un tropezón en la carrera de su creador.
Tremendo, estremecedor filme. Es incómoda, dura y premonitoria; pero es también una película sencillamente imprescindible para entender en qué diablos de mundo estamos viviendo.
Sorprendente y madura ópera prima. La cuestión esencial del film radica en cómo logra su impacto: a través de una cuidadosa recreación del cine de la época y, sobre todo, con un profundo respeto hacia sus personajes.
Un filme excelente en cuanto a su escritura y a la forma en que se presenta visualmente. Sin embargo, es una pena que su tono negativo se pierda en una última secuencia que resulta absurda y, lo que es aún más importante, contradice las lecciones que había desarrollado con tanto cuidado hasta ese momento.
Rodríguez logra salir airoso gracias a una sólida descripción de ambientes y personajes marginales, además de un toque crítico hacia la institución mucho más áspero de lo habitual y de una dirección de actores que para sí querrían muchos de sus colegas.
Lo mejor de su metraje son las secuencias de guerra, aunque presenta ciertas debilidades. El filme no logra conectar al espectador con las dificultades actuales de sus personajes, lo que resulta en una narrativa que se siente repetitiva y familiar.
Poderosamente humana, la película ilustra con especial precisión los terrores de una comunidad y se inscribe en la mejor tradición del cine de denuncia sobre la eterna herida abierta que siguen siendo los Balcanes.