Una superproducción holgada de medios, que realiza una competente indagación en los entresijos de un complejo de Edipo que, aunque lo niega, no oculta su hondura. Gainsbourg destaca enormemente en su actuación.
Posee gran intensidad y una destacada dosis de riesgo; el desempeño de sus actores es sobresaliente. Nos encontramos ante uno de los mejores técnicos del cine en los últimos años.
Una narración clásicamente rancia, una ficción limitada entre dos viajes, un conjunto de personajes cuya bondad los convierte casi en idiotas. Ante todo, la película se presenta como un discurso autolaudatorio.
Un filme que parece estar diseñado más para exaltar la popularidad del actor que para ofrecer una crítica profunda sobre el colaboracionismo. La historia se enfoca en un personaje caricaturesco, el aspirante a yerno del protagonista, pero no profundiza en el trasfondo. Es una oportunidad desperdiciada para abordar el dolor y la hipocresía que rodea
Una reconstrucción histórica de guardarropía mala, un guión que atropella en exceso la mecánica de la investigación. Pero por el medio, el espectador goza de una buena historia y de unas actuaciones memorables.
De lo que aquí se trata es de exponer con la máxima objetividad unos hechos, y que el espectador sea el que dictamine (...) Leigh, con tanta astucia como honestidad intelectual, hace que a esa mujer, el centro de un dilema que no es de ayer, sino de ahora mismo, la interprete una actriz fenomenal
Terso, evocador y riguroso drama provinciano, es una opción recomendada para aquellos espectadores que no se dejen llevar por la prisa ni se vean afectados por las trivialidades del cine convencional.
Tiene aires pesadamente alemanes, un poco didactista de más, un poco demasiado atada a la palabra. Pero es también lúcidamente denunciatoria y compensada en el balance final entre búsquedas y logros.