Un paso importante en la trayectoria ascendente de Rodríguez, quien presenta un talento natural excepcional, Jesús Carroza. Cada vez que aparece en pantalla, Carroza logra captar toda la atención y eclipsar a sus compañeros. Su presencia en la película es notable.
El film presenta algunos aspectos positivos. Sin embargo, comete errores evidentes, especialmente en la elección del reparto. A pesar de ello, en general, resulta entretenido, sin momentos inesperados y, lo mejor de todo, mantiene coherencia en su narrativa.
Una sobria, tal vez incluso demasiado sobria, peripecia de amores y alta cocina, especialmente apta para públicos sensibles y con propensión al romanticismo no edulcorado.
No le pidan modos rompedores, pero cumple con lo que suele ser la razón de ser del cine popular: voluntad de llegar a un público amplio y abrir cauces para el debate.
Una película considerablemente audaz. Hábil para tocar las más delicadas cuerdas emocionales, la combinación de drama y sonrisas en este film la hace especialmente adecuada para una audiencia diversa.
Absurdo y surrealista, resulta ser una auténtica catarata de situaciones de un sentido del humor casi incomprensible. Esta película, que podría considerarse extraña, presenta un discurso algo vacío y excesivamente pretencioso acerca del amor y sus peligros.
La mejor comedia española que he visto en mucho tiempo. Lo más destacado es el espectacular avance de Paco León como director. En cuanto a lo negativo, prácticamente no encuentro nada.
El director narra esta historia melancólica y desilusionada con un enfoque algo clásico, pero con una atención al detalle y una precisión que complementan perfectamente la trama. Es uno de los debuts más esperanzadores de la nueva generación de cineastas uruguayos.
Lo que interesa afirmar a partir de un film tan peculiar como éste es la solvencia con que está contada la historia, la habilidad para hacerla creíble, la profunda humanidad que desprenden sus personajes.
Un film complejo, escrito de una manera deslumbrante, con continuas rupturas del hilo narrativo, pero sin perder jamás la pista de sus personajes. tan irregular como estimulante
El retrato plural que emerge del filme es contundente, similar al de 'Sueño de una noche de invierno', aunque más fácil de digerir. Paskaljevic continúa mostrando su faceta de inmejorable moralista, crítico pertinente y tenaz buscador de la verdad. ¿Qué más se le puede pedir a un artista?