Un desproporcionado ejercicio mercadológico sobre el país. Si tan solo la película hubiera logrado equilibrar adecuadamente su faceta crítica con su elemento romántico. Este no fue el caso y solo nos queda imaginar lo que pudo haber sido.
Un thriller dramático muy relevante que aborda temas importantes a través de una narrativa intrigante. Con toques de humor negro, la historia gira en torno al crimen, manteniendo al espectador enganchado desde el principio hasta el final.
Es una revancha emocionante, aunque algo desgastada, que logra mantener al espectador al borde del asiento durante los combates cuerpo a cuerpo, y esa es su mejor cualidad.
A medida que avanza la película, se revelan varias fracturas en la narrativa e inconsistencias, tanto en el tono de comedia como en su argumento exagerado.
Va tejiendo un discurso filosófico con urgencia y agresividad formal, es otra exploración sobre el potencial fílmico. Es un canto subversivo contra el poder, la opresión, el lavado de cerebro y la irrealidad.
El encanto de los personajes diseñados por Jim Henson no es suficiente para mantener el interés en una película, a pesar de que logran hacer reír con su innegable carisma.
La construcción del argumento de 'El reverendo' es digna de elogio. Se presenta de manera profundamente humana, atrapante e impredecible, todo ello acompañado de una atmósfera densa tanto en su discurso como en su musicalización.
Portes presenta una crítica contundente. Dibuja una narrativa caricaturesca en la que la impunidad, el crimen, la política, la iglesia, los festivales de cine y el género 'de arte' se transforman en agudas observaciones, algunas más efectivas que otras.
Mezcla de un terror más oscuro en comparación con sus antecesoras, una animación deliberadamente más lóbrega y una reducción del tono cómico, esta entrega se presenta como la más depurada de la serie.