Parte de la extrañeza de 'Joy' radica en que se presenta como una fantasía infantil, una narrativa que aborda el descubrimiento gradual de poderes ocultos.
Al final, 'Buscando a Sugar Man' deja una sensación de profunda nostalgia; nos lleva de vuelta a una época no tan lejana donde la globalización no tenía la magnitud del presente.
El tono de la película se aleja tanto de la comedia como de la tragedia, lo cual podría considerarse uno de sus grandes logros. En manos menos hábiles, esto habría resultado en una crítica superficial de un estilo de vida extraño y desfasado para la actualidad.
Una comedia romántica danesa basada en clichés. Esta cinta azucarada, positiva y luminosa es una especie de gemela opuesta a Después de la boda, de la misma directora, Susanne Bier.
La versión de la brujería aquí es bastante limitada, careciendo de un contacto con otras energías o de un examen profundo sobre la existencia. La trama se centra en las emociones presentes durante la cacería de las brujas.
Alternando entre situaciones cotidianas y horrores inminentes, la obra transmite la angustiante incertidumbre de una vida en la que el encuentro con un policía provoca más desasosiego que calma.
Este reencauche de la película de vaqueros de 1960, que a su vez se inspira en un clásico de Kurosawa, malgasta un elenco carismático para ofrecer una oda superficial al poder paramilitar.
Con excelentes actuaciones y un final que no logra cumplir completamente con la expectativa generada por el resto de la película, es un claro ejemplo de cómo un género puede adaptarse para arrojar luz sobre una situación actual.
La idea de la eternidad como algo angustioso en su inmensidad no se atenúa con chispazos de humor y, al contrario, se potencia por la aproximación contemplativa y poética.