Williams hace su mejor intento, aunque no es del todo exitosa. A ratos se va por el abismo de lo caricaturezco que la película, dirigida por Simon Curtis, veterano de la televisión inglesa, no puede evitar.
La película dosifica la información para que el espectador comparta la desubicación, rabia y desconfianza del protagonista, mientras lo sigue dando vueltas en esta isla llena de lugares tenebrosos.
A pesar del limitado presupuesto y de una duración de dos horas y media que en ocasiones parece excesiva, esta película se presenta como un experimento que busca recuperar la esencia del cine de acción combativo y militante de la década de los setenta.
La película no se limita a enfocarse en su trama principal, lo que provoca una dispersión en la narrativa. Los diálogos tienden a repetir las acciones, las escenas son reiterativas y la música es evidentemente dramática.
La tensión reside en la manera magistral en que el veterano director alterna, entre hilos, el choque entre el accionar impersonal de la institucionalidad y la singularidad del individuo contratado para cometer el asesinato, que hoy parece prever el presente.
Es un asunto ligero y divertido, sin miedo a las exageraciones de ningún tipo —con largos planos secuencia, actores gesticulantes, vestidos de noche, dálmatas asesinos y una banda sonora de éxitos del rock sin medio segundo de silencio.
Con una actuación memorable de Meryl Streep, la nueva película de Steven Spielberg hace un homenaje nostálgico a la labor de los grandes diarios de cuestionar a los poderosos.
Esta película que insiste en que detrás de esos retratos simplificados de los medios existen otras realidades. Pero ese escarbar por complejidades ocultas no siempre tiene éxito.
Esta película de Víctor Gaviria aborda temas complejos y dolorosos. Genera confusión en el espectador, ya que plantea dudas sobre la idealización irreflexiva de la pureza femenina, una idea que se comparte con su villano principal.
Ofrece una buena cantidad de placeres. Las actuaciones son todas formidables y la interacción de Phoenix con cada una de estas personas ofrece toda una gama de matices.