Si la intención era generar interés por dos figuras olvidadas, se debe destacar el suspenso. La manera en que se aborda la historia deja mucho que desear y no logra captar completamente la atención del espectador.
Sin respetar la ortodoxia documental y centrándose en sucesos cautivadores sin necesidad de contextualizarlos o explicarlos en su totalidad, 'Senna' se presenta como una impresionante obra narrativa.
Fergusson demuestra un excelente criterio al no permitir que su ego opaque ningún plano de la película. Las palabras poseen un peso suficiente como para que su presencia no sea necesaria.
Es natural que cada aspecto de su nuevo film evoque fuertemente la obra de su maestro Hayao Miyazaki, sin embargo, le falta algo. A pesar de sus lecturas personales y su perfección formal, Mary… no logra deslumbrar.
La película presenta una calidad de producción deficiente, con personajes poco creíbles y un guión que carece de profundidad. Además, los diálogos son especialmente flojos.
Superados los efluvios new age, por fortuna queda en 'Orígenes' una construcción muy bien encadenada en la que lo romántico, espiritual y pragmático conviven con una asombrosa naturalidad.
Riguroso, serio y solemne, Scahill presenta una serie de verdades incómodas. Es una película cuya innegociable devoción a la verdad la aleja de ser simplemente “entretenida”. Sin embargo, ¿es realmente necesario que el periodismo busque ser entretenido?
La historia es endeble y se beneficiaría de un par de revisiones de guionistas y cineastas curtidos pero el gracejo del trío protagonista y las apariciones estelares de secundarios (...) le hacen a uno olvidar lo que podría haber sido y conformarse con lo que hay
Más interesante como visita guiada por los usos y costumbres de la provincia de Alicante que como historia de amor post mortem. Sacristán lleva consigo el peso de dos muertes: la de su esposa y la de una película que carece de rumbo.
Carece de chispa alguna, con un argumento que se desarrolla de una manera totalmente tediosa y previsible. Ni siquiera Peretti y Verdú –química inexistente– consiguen hacer de 'Sin hijos' algo más que una plantilla de agricomedia de encuentros y desencuentros.