La película refleja la asombrosa perspectiva de 'Elefante', de Van Sant, pero en su estructura formal, elige una mayor flexibilidad en lugar del hermetismo. Es realmente una obra maestra.
El respeto y admiración de los realizadores por su protagonista es palpable, pero también lo es la inteligencia y sutileza con la que se acercan a cuestiones más sensibles de la vida del protagonista.
Es poco más que un vibrante espectáculo de escenarios lujosos y colores intensos. La película, dirigida por Jon M. Chu, parece indecisa acerca de si el lujo es un concepto ridículo o deslumbrante, dejando que gran parte de la narrativa funcione como un videoclip dedicado a este tema.
Todos los chistes sobre la familia ruidosa y poco respetuosa de la privacidad son aún menos graciosos en esta secuela. Los personajes siguen siendo caricaturescos detrás de todo hay un mensaje, pero el alegato no resulta muy convincente.
Un intento fallido. Lo más decepcionante de La maldición renace es que desperdicia a un elenco muy talentoso, encabezado por Andrea Riseborough, cuya presencia enigmática no logra salvar el film.
¿Qué pasa con el material filmado cuando una película argentina queda inconclusa? El director logró integrar todo en una única película que despierta curiosidad y fascinación.
Parece haber una falta de confianza por parte de los guionistas y el director en que sus personajes y el corazón de la historia que están contando sean suficiente.
La convivencia estética entre el CGI y la acción en vivo carece de armonía. Además, se percibe que la inclusión del Pájaro Loco solo busca añadir un nombre reconocible para impulsar las ventas de la película.
Construye un clima enrarecido y ominoso como pocas películas actuales lo hacen. Es imposible ver 'The Invitation' sin dudar de todo, sentir algo de miedo y disfrutar de no tener idea de lo que puede pasar al final.
La trama está repleta de golpes bajos que se suceden uno tras otro. Estilísticamente, no hay recurso para provocar el llanto que no se haya utilizado, desde la música emotiva hasta la cámara lenta.
Se requiere de mucho talento y oficio para hacer una comedia con apariencia liviana pero que en realidad no lo es. Una película sofisticada en su contenido pero sencilla en su forma de plantearlo.
Una fábula original, divertida y extraña, que deja pensando sobre lo que cuesta y lo que significa ser libre. (...) es ambiciosa en el mejor de los sentidos.
El ingrediente secreto de ''Knives Out' es su espíritu de auténtico amor por el clásico policial inglés. Rian Johnson le escapa a la canchereada y encuentra una forma elegante de reírse con el género y no de él.
El guionista y director crea un clima de suspenso y paranoia dándole un nuevo contexto a clichés. La puesta en escena es brillante, pero son las actuaciones las que se erigen en pilar de la película.