Estoy indeciso entre condenar a la serie por apoyarse en un clásico y prometer una historia sobre su origen que parece no importarle demasiado, y elogiarla por evitar la fórmula de Pequeñecos homicidas y usar un enfoque bastante audaz.
No hay ni una mala interpretación en esta producción, y aunque algunos de ellos no logran superar el nivel de una muy buena imitación, la mayor parte van mucho más allá que eso.
Una delicia para quienes amen cualquier faceta de la carrera de Brooks. Su protagonista es tan cautivador y accesible que se puede imaginar a personas que nunca habían escuchado su nombre disfrutando de su talento.
La película profundiza en los aspectos de la realización cinematográfica, la creación de imágenes y la psicología, ofreciendo una perspectiva personal que seguramente atraerá más a los seguidores de Stallone.
Pese a su intento de enfocar la atención del público en la vida y obra de la actriz, la película resulta ser tan ansiosa y evasiva como un testigo en una investigación criminal.
Las historias sobre el sufrimiento de Williams son reveladoras y perturbadoras, presentando una película compasiva que ofrece una visión profunda de la condición del actor a una audiencia diversa.
No dice nada nuevo sobre su sujeto. Estéticamente, 'The Searcher' es irregular. Sobresale cuando analiza la evolución de la música y la imagen de Elvis.
Presta atención a las cuestiones de discriminación racial, religiosas y de género sin desviarse de su objetivo principal: ofrecernos una película entretenida sobre un par de tipos que están muy locos.
Excepto por el trabajo divertido y terrenal de Judah Friendlander como paparazzi, la mayoría de las interpretaciones son vagas y aburridas, incluyendo el papel secundario de Lohan.
Más desagradable que terrorífica, 'The Ruins' es la última de una larga lista de filmes del género sobre viajeros de clase media-alta aterrorizados en un ambiente poco familiar.
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El retrato de un trabajo potencialmente letal podría estar más conseguido. Stacy McKee y los productores ejecutivos, Rhimes y Betsy Beers, saben con claridad lo que desean que sea la serie.
Es tan original, ideológica y aterradora en sus representaciones e implicaciones, que a veces parece que apalea intelectualmente a la audiencia, para que despierten de su estupor.
Un ejercicio de pavor progresivo. La película logra su primer susto tipo "¡Oh, Dios mío!" bastante pronto, y a partir de allí aumenta su tensión de manera constante.