El resultado es decepcionante y duele más que si fuera simplemente una película mala. La historia no logra brindarle a Jolie el papel que realmente merece.
Una película estadounidense poco común que no sólo tiene el valor de ser una sátira, sino que maneja con maestría las sutiles fluctuaciones tonales que una sátira necesita.
Si la unes con la primera parte, se convierte en la declaración más profunda y reflexiva sobre el arte y la vida que un director estadounidense nos ha ofrecido.
Es mi película favorita del año, sin duda. El viaje que ofrece es verdaderamente gratificante. Es un film maravilloso y estoy agradecido de que haya sido creado.
Una película bastante buena sobre un tema genial. El clímax es poderoso y las interpretaciones funcionan a la perfección. Stanfield brilla como una verdadera estrella de cine.
La película transmite ciertas ideas de manera hábil, mientras que otras se sienten forzadas. Sin embargo, la variedad de elementos, tanto intelectuales como en la acción, asegura que nunca sea aburrida.
La película elude clasificar la relación entre sus personajes. En ocasiones, esto se percibe como una buena estrategia narrativa; en otras, parece más bien una evasión. Aunque el trabajo de Partridge es técnicamente impecable y visualmente atractivo, genera más complicaciones.
Los detalles emocionales del viaje de Kate, Nick y Zoe son sorprendentes, honestos e importantes y la determinación del film para presentarlos de forma simpática hace que sea notable e incluso único.
Un entretenimiento que te evade brillantemente imaginado, una máquina de diversión que abre vías neuronales poco utilizadas y te hace pensar en lo que el cine puede llegar a ser.
Una de las películas más extrañas y distintivas de Carpenter. De manera superficial, podría considerarse una obra anticuada. Sin embargo, si te sumerges en la experiencia, notarás que en realidad no ha perdido su esencia con el tiempo.
Habrá personas que no soporten ni cinco minutos, pero estoy seguro de que a muchos les encantará. Espero que Pine continúe haciendo películas y perfeccione lo que intentaba lograr en esta. Hay momentos en los que realmente se acerca a lo sublime.
Ulrich Seidl es uno de los mejores directores del mundo, y se acerca a una especie de cima en 'Rimini', una película tremendamente divertida y conmovedora.
El resultado podría haber sido una obra de arte delirante, pero termina siendo una película ambiciosa en lo técnico y logístico que no logra dejar una huella emocional ni intelectual.