Zellweger se esfuerza por dar vida a su personaje, quien presenta más tics que matices internos. Acompañar a un personaje impostado en su viaje hacia la desdicha requiere un ánimo especial.
Llama la atención que sea una película tan parsimoniosa. Gosling, con su restringido rango dramático, se ve superado por el desafío de darle vida interior a un personaje que lleva el peso dramático de la cinta en su corazón.
El desenlace presenta el juicio a los policías, repleto de clichés. Al final, resulta incierto a quién corresponde atribuir el triste epílogo, que se siente excesivamente azucarado y manipulador, como si fuera un tráiler de una película diferente.
La mejor prueba de la maestría de Guillermo del Toro es la distancia que hay entre la percepción que tiene un espectador al empezar a ver 'La forma del agua' y la manera como abandona la sala.
El soborno del cielo' vuela alto durante la primera mitad de la proyección. Pero cuando el enfrentamiento de estas dos fuerzas y sus armas alcanza su punto culminante, el guion se traiciona a sí mismo y opta por el camino fácil.
La narración se vuelve fría y el desenlace llega de sopetón, y al final el personaje de Hawking está tan lejos del espectador como antes de empezar la cinta.
La cinta es una exquisita exploración de la naturaleza de los sentimientos, el deseo y la identidad sexual, estupendamente filmada y escrita, y coronada por uno de los mejores monólogos que nos ha dado el cine en mucho tiempo.
Quien definitivamente se lleva los aplausos es Liam Neeson, un actor de carácter que ha hecho una apuesta difícil y ha salido avante: recuperar el valor del talento histriónico en el género del thriller.
En una época dominada por los efectos digitales y la estridencia del terror asiático, constituye un logro recobrar el estatus aterrador de una tumba vacía, un cuervo en un cementerio y un jinete galopando en medio de la noche.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. 'El contador' es una película de acción tan rudimentaria como la que más, que trata de ocultar su condición bajo pretensiones argumentales que no terminan de cuajar.
Cuando ya la película ha captado la atención del público, comienza a flaquear y a caer en el mismo problema que alejó a su hijo Philippe de los últimos trabajos de Cousteau: un claro populismo impulsado por la ambición comercial.
Para hacer un buen plato no basta con tener los ingredientes. Los problemas arrancan con el protagonista, un remedo de galán carente de encanto, […] El desarrollo de la historia, esquemático y lleno de clisés, tampoco contribuye a darle verosimilitud al romance.
Ayer es tan meticuloso en la realización de cada segmento que descuida el arco narrativo de toda la historia, lo que hace que la cinta termine ganando por nocaut y no por puntos.
Las revelaciones de 'Snowden' fueron tan impactantes que deberían constituir un material ideal para hacer una película fascinante. Sin embargo, la cinta transcurre perezosamente, con escasos momentos de emoción y muy contadas sorpresas.
La balanza se inclina a favor de la película gracias a una historia bien contada, a unos estupendos personajes secundarios, y a unas escenas muy gráficas que pueden chocar al espectador sensible pero que sacan esta experiencia cinematográfica del gris promedio en el que podría haberse quedado.