Se queda corta en inspiración a pesar de un reparto de voces estelar que incluye a James McAvoy y Emily Blunt y el cancionero de Elton John y Bernie Taupin.
Verdadera y locamente maravillosa. Ni siquiera el estilo extravagante marca de la casa del director te prepara para el espectáculo intensamente disfrutable que es 'Alice in Wonderland'.
Arrinconada por un ritmo letárgico y un torpe desarrollo de la trama, este estreno de Traditionz Entertainment difícilmente hará al público olvidarse de Daniel y Mister Miyagi.
Aunque la presencia de Winslet siempre es bienvenida, la voz en off que acompaña al film resulta tediosa y redundante, incapaz de aportar vitalidad a una producción que carece de profundidad dramática.
Es como un Richard Linklater de tercera categoría, sin la agudeza del aclamado cineasta para los personajes bien definidos y su habilidad para los diálogos realistas.
Hay suficientes meteduras de pata y los cambios entre Miley y Hannah satisfarán a los fans. Cyrus mantiene el encanto natural que la convirtió en estrella.
Un retrato emotivo sobre la conquista de las limitaciones personales. Examina de forma conmovedora la amistad entre dos individuos que navegan la fina línea que separa la dedicación y la obsesión.
Los impulsos más idealistas de Farrelly trabajan contra ella. El resultado es una producción inconexa y dispersa que lucha para encontrar un tono satisfactorio.
Una producción visualmente deslumbrante, muy imaginativa y emocionalmente relevante que trata temas contemporáneos siendo fiel a sus distantes orígenes.