Es un biopic competente aunque no deja una huella perdurable. El esfuerzo de Depp por sumergirse en su papel mediante múltiples capas de maquillaje y prótesis resulta inquietante, pero esta vez, por razones adecuadas.
En un alarde de pretenciosidad, Angelina Jolie intenta replicar el estilo cinematográfico de Michelangelo Antonioni, pero solo consigue crear una parodia involuntaria.
Descarado biopic que apenas profundiza en la política de la ex Primera Ministra inglesa. La película se esfuerza por presentar a su protagonista como no solo respetable, sino también conmovedora y admirable.
Magistrales títulos de crédito. Sin embargo, carece de ritmo y no presenta un verdadero desarrollo narrativo ni tensión dramática. Se siente como una mera colección de cuadros enloquecidos que De la Iglesia no consigue ensamblar coherentemente.
Aspira a convertirse en una de las películas más impactantes de la temporada. Es una producción dispuesta a probarlo todo para asombrar al espectador, y está convencida de que no tiene nada que perder.
Exhibe chispazos de energía narrativa propia de una aventura criminal en su avance hacia una resolución que se las arregla para colmarnos tanto de euforia como de melancolía. Eso sí que es magia.
Gracias a su energía contagiosa y al puñado de interpretaciones y diálogos absorbentes que la vehiculan, logra algo casi milagroso: que el espectador se intrigue, se divierta y se conmueva con la historia.
Resulta demoledora por la sutil precisión con la que retrata la miserable existencia de la pequeña. Una película que usa susurros para gritar las emociones más contundentes.
Relato sobre el amor y el poder sanador del cine, descentrado en su desarrollo y esquemático en su estructura, lo que dificulta una conexión emocional con el espectador.
Valeria Bruni-Tedeschi vuelve a explorar su propio mundo, centrándose en el arte de la interpretación y mostrando la misma autocomplacencia que en sus obras anteriores.
Es la película más sencilla del cineasta italiano en términos formales y conceptuales. Exhibe un profundo intimismo y emotividad que dejan sin palabras a quienes ven en su director solo a un mero estilista.
Un caso francamente interesante que, a pesar del impecable trabajo de reconstrucción de la época y de la eficaz creación de una atmósfera atosigante, Matuszyński desaprovecha.
A ratos se olvida de la necesidad de proporcionarnos un mensaje para dedicarse a funcionar como intriga procesal. Es entonces cuando resulta absorbente y hasta conmovedora.
A la vez previsible e impenetrable, la atención al detalle proporciona a la película una convincente autenticidad. Sin embargo, en esencia, Bellocchio no revela mucho sobre los secretos de la Mafia.
Quienes no esperen de 'El rehén' más que un homenaje a las historias clásicas de espías, eficazmente lleno de tiroteos y persecuciones, y con una atmósfera confusa, encontrarán lo que buscan.
Toda la tensión generada por la lucha por la supervivencia se ve socavada por los frecuentes recuerdos de un romance que carece de profundidad y está saturado de dulzura.
La película parece dar más importancia a seguir fórmulas narrativas gastadas que a retratar la realidad. Jang Hoon se ve afectado por una notable falta de sutileza al enfatizar su mensaje sobre la guerra y la violencia estatal.
Intriga visualmente impactante que utiliza diversas amenazas para generar tensión de manera efectiva. Sin embargo, su principal debilidad radica en el aspecto humano, ya que todos los personajes carecen de profundidad.
Generosas dosis de humor negro acercan el relato al terreno de la farsa, pero no le restan contundencia a su comentario sobre los nefastos efectos de la corrupción. Es un efectivo cuento moral tragicómico.
Se da unos aires de trascendencia del todo injustificados. Sus personajes son meros esbozos; su narrativa, una rudimentaria sucesión de clichés del cine judicial; su 'look', pura tosquedad televisiva.