Se estructura como una sucesión de viñetas. Algunas de ellas son excelentes y abarcan más de lo que pretenden, pero su sátira es casi siempre hilarante.
80 de los minutos más hilarantes vividos en un festival de cine en mucho, mucho tiempo. (...) una película de precisión milimétrica y un timing endiablado.
Albaladejo desarrolla a sus personajes con trazos simples y contundentes. Las situaciones se construyen de manera abrupta y caprichosa, lo que provoca que la narrativa avance de un modo tan predecible como artificial.
La película dura 126 minutos y durante casi 100 de ellos, el espectador se siente perdido. Es complicado involucrarse en la intriga central hasta que, al final, comienzan los disparos y la sangre salpica por doquier.
Guadagnino consigue que las relaciones entre los personajes se enreden cada vez más, lo que reafirma su talento como un excelente retratista de la urgencia sensual.
La película busca constantemente alcanzar un tono grandioso y épico, recordando a ‘Fanny y Alexander’ de Ingmar Bergman. Si bien no logra cumplir con esas altas expectativas, eso no le resta valor.
Agresivamente decepcionante. Una sucesión de sangrientos actos de venganza saturados de estilización y vacíos de significado. Un deslumbrante envoltorio y nada más.
Sus peleas son exóticas, llenas de color y carecen de lógica, rozando la psicodelia. El enfrentamiento final es una manifestación pura del estilo shakesperiano.
La película ofrece algunos momentos de acción que son visualmente atractivos, sin embargo, son escasos y la trama que los conecta es tan confusa que se vuelve difícil de seguir e incluso cómica.
Si Antonioni y Chéjov se unieran para dirigir un episodio de ‘CSI’, el resultado sería este. En sus 158 minutos de duración, la película puede parecer que no sucede nada, pero en realidad, hay una gran cantidad de eventos que se desarrollan. Es una obra monumental del cine.
Es sorprendente que Mark Neveldine no haya incluido humor a pesar de lo ridículo del material que tiene en sus manos. Aún más asombroso es que haya perdido la locura que caracterizaba a 'Crank', lo que le quita un elemento esencial a su estilo.
Una mirada profunda y delicada sobre la relación de pareja, que combina elementos de ‘Secretos de un matrimonio’ con la trilogía de Linklater ‘Antes de...’. ‘Los años nuevos’ ofrece momentos de ternura, dolor y una belleza que deslumbra en cada escena.