Muy bien asistida y ambientada cinematográficamente, es un retrato poderoso. Es una película admirable que logra levantar el ánimo de quienes están desalentados.
Aunque hay momentos y sentimientos que se expresan más de una vez, todos ellos contienen su sentido y su sensibilidad, y están muy bien trabajados en la imagen. En una película tan larga y densa, los mensajes son incontables y de todo tipo.
Amenábar se adentra sin temor en lo controversial. Su película es compleja y provocadora, al igual que el propio Unamuno, y destaca un extraordinario desempeño de Karra Elejalde. Resulta notable el enfoque, tan alejado de los clichés sobre la "memoria histórica" en relación a Franco.
Hay humor y una destacada actuación de Shia LaBeouf y Tom Hardy. El argumento se sigue con interés, a pesar de que está marcado por momentos de violencia y una épica un tanto ingenua.
Una metáfora de la concordia y armonía entre dos bandos incompatibles. La puesta en escena es aún más voluntariosa que su idea conciliadora, y los retratos que presenta, aunque comunes, resultan fuertes y eficaces.
Lu Chuan opta por dar un giro narrativo inspirado en Spielberg. Aunque no se trata de 'La lista de Schindler' ni de 'Salvar al soldado Ryan', hay secciones en esta obra cinematográfica que pueden competir sin problemas con ellas.
Película que sabe hablar bajido de las grandes cosas y bien alto de las pequeñas. Lo que vemos, esos tiempos solapados y memorias exprimidas, rezuma la calidez del homenaje.
Consigue milagrosamente el franqueo necesario para llegar a su destino y transmitir esa brutal y pasional corriente de amor de sus originales, en especial del literario al que se arrima más. (...) El cuadro es amplísimo y la cinematografía brillante; la elegancia y calidad formal está a la altura del fondo apasionado y emocional de esos personajes.
La acción se limita casi por completo a un solo espacio y al diálogo, mientras que los conflictos que se presentan se sienten forzados. Sin embargo, resulta interesante observar a Carmen Machi dar vida a un personaje impresionante.
Magníficamente explicada, con un modelo de guion que se entrelaza con maestría, rigurosa y minuciosa en los detalles esenciales. A pesar de su duración, se disfruta en un santiamén.
Adaptación perfecta. La mirada en blanco y negro, la exquisitez de la sinfonía visual de Paula Ortiz y la precisión de las texturas logran crear un magnífico bordado cinematográfico, insuperable.
El guion y la puesta en escena destacan por su ritmo ágil y los constantes giros de la trama. Los contratiempos, la tensión y la pasión se desarrollan con rapidez y fluidez.
Un cine de corte clásico, con buena ambientación, gran intuición del punto de vista, intriga en el encuadre y mucho desgarro narrativo para mostrar el terror, el frío y la humillación.