El argumento avanza rápidamente, con un ritmo frenético, un humor ácido y una música enérgica. Todo es magnífico, pero lo verdaderamente glorioso es la enfrentamiento entre las dos Emmas.
En lo que se desprende de los ojos de Tammy Faye hay ilusión, convicción y amargura, también una crítica al sueño americano y sus pesadillas. Pero lo digno de ver es el espectáculo de Chastain.
Trueba deja que lo cotidiano fluya en su meticulosa ambientación. La narrativa se desarrolla de manera amena, equilibrando con destreza la comedia y la tragedia, todo ello en perfecta sintonía con el elenco.
Depp está excepcional en su interpretación, desbordando su complejo 'yo' en el personaje de W. Eugene Smith. Aunque carece de sutilezas, la película logra transmitir un encanto preanalógico a través del uso repetido del verbo revelar.
Es un enjambre de personajes, tipos y conductas, que ambienta y narra bien un episodio histórico aunque sin la profundidad de la biopsia, como un limpia parabrisas sobre un cristal.
Es a la vez un espectáculo explosivo, enérgico y a la altura magnética del grupo y de su líder. Como espejo del original, tiene un vaho que lo empaña; pero como montaje musical es un maravilloso espectáculo.
Una historia real que le permite a Spike Lee combinar elementos que domina con maestría, como el humor negro, un ritmo enérgico, la injusticia racial y el choque de supremacías, siempre capturados con su lente.
Cuando aparece el título, ya han ocurrido tantos eventos que uno se impacienta en su asiento. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se siente más intención que resolución.
Magnífico retrato con tres o cuatro trazos de la dignidad y fuerza de una mujer. Streep y Hanks están a la altura de sus increíbles personajes; la puesta en escena es insuperable, y el ritmo se siente preciso.
El director maneja con destreza una variedad de recursos visuales y sonoros, así como las actuaciones, logrando que el espectador, desde su butaca y en la penumbra de la sala, desee que se encienda una luz.
Un texto maravilloso, de una belleza, profundidad y sentimiento que trastornan, y una imagen evocadora en blanco y negro que te satura de emociones y reflexiones.
Muy divertida, sin ocultar su trivialidad, presenta una abundante selección de diálogos ingeniosos y un saludable ejercicio de reirse de dos grandes actores que despliegan su autenticidad.
Corsini presenta una narrativa que en esencia abarca dos historias, las cuales parecen tener matices autobiográficos. A medida que entrelaza ambos relatos, es evidente que su fuerza radica en la interpretación de Miguel Ángel Solá.
Es tan espectacular la horma maestra de la inconexión narrativa como el cúmulo de tedio disfrazado de caligrafía humorística sin resultados visibles, o risibles.
Recrea con gran habilidad un terrible hecho real en el Irán de los ayatolás justo después de la caída del Sha. Affleck nos cuenta la historia con una magnífica cantidad de intriga y humor.
Un buen autorretrato y, al tiempo, un buen paisaje neblinoso inglés. Lo que incita a ver esta película es lo que más esconde en el fondo: la interpretación de Meryl Streep y el hierro de Margaret Thatcher.