Está muy bien expuesta y muy bien interpretada pero a Sollett se le escapa todo menos el romance de esas dos mujeres; lo demás es todo flojucho y algo fofo, empezando por un Steve Carell de bofetón.
Pieza teatral que no reniega de su condición. Un trabajo de actores que se repasan brillantemente las excelencias de una ciudad irrompible y los matices psicológicos de la banalidad del mal.
La monumentalidad y el corpachón físico de la película, además de su profundo y conmovedor meollo emocional, la convierten en una de las favoritas para los premios del año.
Todos los esfuerzos dramáticos de Huppert no logran aportar el menor sentimiento a la historia, resultando en una experiencia similar a la de un documental de sobremesa, aunque con una realización poco convencional.
Una película donde el Frears más ligero, que para muchos es tan bueno como su otro trabajo, se centra en un personaje femenino que resulta igualmente etéreo y superficial.
[Miller] enfoca su atención en la esencia de la historia. La compleja relación entre estos dos personajes, marcada por el frío, la frescura y la flema, proporciona el mejor respiro para el espectador.
Muy bien afilada en sus escenas violentas y en sus diálogos sorprendentes. Quizá 'Templario' saque un suspenso en Historia, pero también un notable en entretenimiento.
Autorretrato del asesino. La actuación de Brendemühl es la base sólida de la película, su presencia oscura y poderosa logra desentrañar el nervio de la intriga.
Frears borda un fresco magnífico de la Familia Real Británica, ofreciendo un análisis perfecto, profundo, entretenido y cuidadosamente malicioso de aquellos días.
Horas de luz ofrece un hermoso homenaje a la reinserción y al amor que trasciende las fronteras de la prisión. Además, destaca el desempeño de sus dos protagonistas.
Casi hora y media de entretenimiento con un tipo singular, extraordinario y en la cima siempre de lo polémico, y a la vez un estudio entre bromas de la censura salpicado de humor, cariño y comprensión hacia él.