Una comedia romántica llena de ingenio, malicia, ternura y una visión profunda de la realidad actual, especialmente en lo que respecta a las relaciones amorosas.
Drama social que posee la virtud de la naturalidad, a pesar de estar intencionadamente exagerado. Destaca por la actuación de dos excelentes actores, Elisabet Gelabert y Christian Checa.
La estructura, el cuerpo, su tejido argumental y los propósitos le resultarán al espectador tan familiares como una velada navideña, lo cual no le impedirá deleitarse con todo lo que tiene de historia de superación.
La trama resulta en gran parte absurda, algo que Dumont no oculta con subrayados y tropiezos. Se presenta una mezcla grotesca de lo trágico y lo romántico, aunque se sugiere que hay una crítica social y periodística en ella, su enfoque es demasiado limitado.
Una vieja historia que se ha contado varias veces y de diversas maneras, pero ninguna de ellas de un modo tan franco y cercano, casi vecinal, como la construye Paul Morrison.
Estrambótica. No tiene más que la presencia contradictoria de Houellebecq y Depardieu, casi como El Gordo y El Flaco, que convierten la función en un gracioso esperpento.
Filma sin pretensiones y, a pesar de ello, exhala estilo, porque su moral primaria y natural no deja restos de moralina, y (...) busca (...) finales mejores para los suyos y su historia.
No está nada mal para ser, descaradamente, una comedia, y que además funciona muy bien como tal. Lemercier le pasa un paño húmedo a «la realidad» y deja esta película entrañable, divertida y hasta optimista (un poco).
El personaje resulta ser superficial. La película no pretende provocar una reflexión, ni desde una perspectiva religiosa ni antirreligiosa. Se sugiere que la apostasía demanda un mayor análisis y pensamiento crítico.
La historia parece un conglomerado de diez o doce películas de Almodóvar, pero sin timbre ni sello. Tiene momentos en los que se atraviesa holgadamente la línea del bochorno.
Cuando uno ve esta película, ve una historia; pero al volver a verla, también descubre una nueva perspectiva. No necesariamente animo a verla en repetidas ocasiones, aunque podría sugerirlo, ya que no deberías perderte ninguna de las dos experiencias.
Adquiere, esencialmente en la mirada algo chaplinesca de su protagonista, un plus de frescura, cercanía, percepción e incertidumbre que hacen el relato más encantador, incluso poético.
Película agridulce, con una eficaz y complejísima construcción del interior de un personaje discordante, pero muy próximo, de Darín, y que busca y encuentra sin esfuerzo al espectador
El encanto de la película radica en la suavidad, siempre en armonía, de sus protagonistas: Stefano Accorsi, Neri Marcorè y Lisa Cipriani. Además, la breve intervención de Anouk Aimée, que equilibra lo poético con lo agridulce, añade un valor particular a la historia.
Pesimismo inteligente, clarividente y tronchante que nos lo ofrece a través de otro genio de eso, de pensar, de escribir y de decir, llamado Larry David, creador de Seinfeld
Consigue con apenas media docena de personajes y un casi único escenario atrapar al vuelo un sentido shakespeariano del mundo, y desmigarlo con sencillez cervantina y doblez quevediana. El resultado es un insólito catálogo del sentimiento y del comportamiento humano.
Conmovedora y simpática variación en síndrome de 'up'. Algunos momentos entre Pablo Pineda y Lola Dueñas podrían pasar a los anales de la química entre parejas de cine.