Belaïche transmite de manera efectiva la pasión del personaje; sin embargo, el director no logra hacerlo con la misma fuerza, ya que exagera las dulzuras y presenta su película como un postre demasiado elaborado que, al final, no satisface del todo.
Estamos ante una película con punta, aunque no se vea claro a dónde señala, pero con gracia y algo de elegante suspense, y con buenos duelos de miradas entre Fiennes y Taylor-Joy.
Contiene un aspecto social que la convierte en una experiencia divertida, atractiva y bien estructurada. Es amena, enfrenta los desafíos que se presentan y permite al espectador tener una perspectiva sin prejuicios sobre la salsa boloñesa.
El director sabe cómo presentar esta historia: la lucha por superarse frente al otro mezcla la comedia con un matiz ácido que critica la discriminación.
Ceylan ha hecho de nuevo 'su' película, una obra de una precisión asombrosa en la exploración de los sentimientos de sus personajes y de una belleza visual impactante. Es una cinta extensiva, cargada de sensibilidad y una fría hermosura.
Es una obra inteligente. Está muy bien controlado por el guion y la puesta en escena el progresivo interés y suspense de la historia. La intriga funciona a la perfección.
La hilarante y calamitosa vida de un rapero cuarentón que, a pesar de sus fracasos, sigue luchando por reencontrar su lugar en el mundo. La película cuenta con un excelente elenco de actores que aportan profundidad a la historia. Este relato aborda temas de gran relevancia de manera cercana, auténtica y con un toque picante.
Dupieux es tan audaz y su puesta en escena resulta tan rudimentaria, que los diálogos y las actuaciones se sienten completamente desentonados. Todo ello genera el efecto inesperado de llevar al espectador a reírse a carcajadas.
Los directores, guionistas y protagonistas han logrado un trabajo notable en esta producción, aunque quizás no tanto como se espera de aquellos que deciden asistir a la proyección.
Interesante adaptación, con una puesta en escena sencilla y directa que resalta la actuación magistral de Arias. Sin buscar ser trascendente, el filme presenta matices bien equilibrados sobre la vejez, la nostalgia y la educación.
Una película con un propósito claro y no desechable, bien construida y con diálogos acertados. Los actores cumplen bien su papel y las ideas están correctamente presentadas. Podría ser más intensa y difícil de digerir, pero eso le quitaría su esencia.
Esta película cuenta con una ventaja indiscutible: Kiti Mánver, quien se adapta con todas sus fuerzas dramáticas al personaje. Sin embargo, 'Mamacruz' presenta una visión limitada de su entorno, lo que hace que la narrativa pierda profundidad.
Uno está erizado mientras dura la historia, que la vive completamente dentro de Malena Alterio, pero se sale de allí con la sensación de no haberla visto o vivido desde el lado correcto.
Drama social que posee la virtud de la naturalidad, a pesar de estar intencionadamente exagerado. Destaca por la actuación de dos excelentes actores, Elisabet Gelabert y Christian Checa.
La trama resulta en gran parte absurda, algo que Dumont no oculta con subrayados y tropiezos. Se presenta una mezcla grotesca de lo trágico y lo romántico, aunque se sugiere que hay una crítica social y periodística en ella, su enfoque es demasiado limitado.
Una vieja historia que se ha contado varias veces y de diversas maneras, pero ninguna de ellas de un modo tan franco y cercano, casi vecinal, como la construye Paul Morrison.
Estrambótica. No tiene más que la presencia contradictoria de Houellebecq y Depardieu, casi como El Gordo y El Flaco, que convierten la función en un gracioso esperpento.
Lo importante es ponerse a su altura y disfrutar de la creatividad y la potencia visual que presenta. Se trata de una película de la que uno sale igual que entró, aunque con una perspectiva más liberal acerca del multiverso.