Es la transformación del cine negro de los Coen en una comedia oriental con escenas impresionantes, aunque algo ingenuas. Pronto se convierte en un 'noodle western' con un tono más bien burlón.
Las aventuras son delicadas, cargadas de humanidad, melodrama y romance, lo que les otorga un encanto particular, especialmente gracias a las actuaciones femeninas. Es posible que algunos sientan que la historia les resulta familiar, y no estarían del todo equivocados.
Una película ingeniosamente construida, que refleja la intención del director a través de un mensaje dual en su camiseta: se presenta como el mismo individuo divertido y provocador de siempre, mientras también ofrece una mirada crítica y mordaz sobre su entorno y el de todos nosotros.
Un producto que resulta ameno, aunque carece de sorpresas notables. Se percibe un claro intento de combinar humor, riesgo y romance de manera algo desorganizada.
Está llena de momentos, de situaciones y secuencias de una espectacularidad a prueba de lógica y que cumplen esa función de hipnotizar y entretener al espectador hasta que el chasqueo de la palabra "Fin" lo despierta.
Dos elementos destacados elevan notablemente la película: las actuaciones de Diego Luna y Ariadna Gil. La producción se presenta como una atractiva mezcla de cine potente que, al mismo tiempo, mantiene un matiz sutilmente femenino.
La trama resulta angustiante, con una destacada actuación de John Goodman. Sin embargo, algunas inconsistencias en el guión y un desenlace insatisfactorio debilitan la obra.
Colosal ejercicio cinematográfico con una vigencia metafórica asombrosa. Los personajes hacen que la monumental película se presente de forma tangible, entregándola al espectador de manera sólida pero accesible, sin sacrificar su esencia épica ni lírica.
Gran western cargado de rabia, que evoca el estilo de Eastwood y presenta ecos de Leone. La narración logra mantener al espectador en una continua tensión, reflejando la crudeza de la trama y la personalidad áspera y fría de su protagonista.
De la luminosa reconstrucción de Galdós a los oscuros fusilamientos de Goya, Garci presenta un banquete de personajes, formando un impresionante orfeón en torno a la pareja principal.
Una historia centrada en la experiencia femenina en un entorno masculino y salvaje, donde Urbizu entrelaza un intenso torbellino de relaciones y presenta personajes robustos y con claras ideologías.
Brendemühl presenta una interpretación arrogante como Olegue, el prestamista. Sin embargo, los personajes carecen de un perfil definido, y la lógica detrás de sus acciones se convierte en la principal intriga de la trama.
Un producto entretenido y visualmente atractivo, aunque tiene ciertos aspectos débiles. Sin embargo, lo más destacable es la diversión de presenciar un enfrentamiento directo entre dos grandes estrellas.
Lanthimos explora la conexión entre el thriller psicológico y la tragedia griega, logrando generar un inquietante malestar en el espectador a lo largo de la película.
Película de origen húngaro que, aunque comienza de manera rápida, se vuelve cada vez más extraña a lo largo de su desarrollo, convirtiendo su mensaje en algo poco claro y monótono.