Lo mejor de entonces y lo mejor de ahora, con una excelente definición y emoción en las personalidades de cada una de las hermanas. Las interpretaciones son memorables y dejan una huella en la audiencia.
Si bien la trama de la aventura no presenta grandes giros, destaca por su impresionante técnica y un cuidado diseño de personajes que son inquietantes y visualmente sorprendentes.
Una historia centrada en la experiencia femenina en un entorno masculino y salvaje, donde Urbizu entrelaza un intenso torbellino de relaciones y presenta personajes robustos y con claras ideologías.
Brendemühl presenta una interpretación arrogante como Olegue, el prestamista. Sin embargo, los personajes carecen de un perfil definido, y la lógica detrás de sus acciones se convierte en la principal intriga de la trama.
El duque de Obando, interpretado por José María Pou, aporta un toque de gracia a la película. Es una comedia ligera y cambiante, aunque quizás un poco más de profundidad sería beneficioso.
La trama está llena de sutilezas psicológicas y elementos de género que alimentan la intriga. Sin embargo, aunque presenta un desarrollo interesante, no alcanza las expectativas que su directora desea subrayar.
Es una película que realmente merece ser vista y disfrutada. Su historia atrae por su encanto y sencillez, ofreciendo un relato lleno de diversión, además de ser una gran oportunidad para descubrir el talento de Gal Gadot.
La película se siente fría y distante, aunque Owen y Riseborough logran añadir algo de calidez a la historia. Su mayor logro radica en evocar una atmósfera nostálgica y decadente reminiscentes de un pasado marcado por el terrorismo.
La narrativa se centra únicamente en la víctima, dejando de lado elementos como lo policíaco, lo ideológico o el suspense. La actuación sobresaliente de Virginie Efira agrega profundidad al relato.
Se valora que una película tan centrada en el drama, logre mantenerse alejada de excesos emocionales; demuestra contención y es efectiva al buscar presentar la eutanasia como algo comprensible y deseable.
Como en todas las películas de este director, esta entrega resulta algo más débil. Se trata de un juego de acción rebosante de tiros y giros inesperados, cumpliendo con las expectativas de su audiencia habitual.
Lo que comienza como un terror psicológico se transforma en un espectáculo aterrador, y lo que parecía ser un elemento sobrenatural se reduce a lo simplemente extraño.
La película resulta pesada en su segmento central, lo que dificulta el avance a pesar de las actuaciones entregadas de Imogen Poots y Jesse Eisenberg, así como del manejo meticuloso y frío del espacio.
Juega con la esencia del drama y la intriga con una narrativa elegante y prodigiosa. La historia nos lleva a explorar lugares de pasión que rarezas poco visitados.