Un filme irregular, lejos de ser perfecto, pero que es tan puro y firme en sus convicciones que sólo queda levantarse y aplaudir a sus responsables por llevar las cosas tan lejos como lo hacen. No os la perdáis.
Un film tan falto de alma y energía que sorprende -para mal- por desaprovechar unos medios por encima de lo habitual. Akin funcionaba mucho mejor a distancias cortas, con un cine más centrado.
Un trabajo de amor a Lovecraft que recupera el tono del cine fantástico de los años 50, replicando en momentos aislados su encanto. Sin embargo, queda como un buen intento.
Una suerte de recuerdos que muestran situaciones sin una intención puramente narrativa, apelando a la nostalgia a través de un sentido de lo estético por encima de la media.
Desborda imaginación, es colorido y visualmente atractivo. El trabajo realizado, siendo una pieza individual, podría fácilmente ser confundido con el de un gran estudio.
Sin ser arte y ensayo, ni cayendo en los atajos del cine de multisalas, encuentra un equilibrio perfecto entre ser fiel a su autor y al mismo tiempo rendir tributo al clásico original. Necesitamos más remakes así.
Una historia intensa, oscura y profundamente inquietante. No es que éste sea el futuro de la narración interactiva; es que, desde ya, es su presente inmediato.
Una película que tiene potencial para funcionar de maravilla en las salas, un 'crowdpleaser' con su toque de denuncia y contexto sociopolítico en el que destaca la interpretación de Zuzana Mauréry.
Un film inclasificable e insobornable, que presenta una serie de viñetas cada una más desquiciada que la anterior, apostando por la abstracción incluso en el plano narrativo.
En cierta medida, una versión a escala de la veracidad que arrojan las películas de la trilogía 'Antes del...' de Richard Linklater cumple sobradamente con aquello que se propone.
Ante la perspectiva de recuperar al icónico Michael Myers, había varias opciones, pero la elegida por Green resulta ser la más cómoda y poco arriesgada. Esta 'nueva' Halloween se mueve entre la reverencia hacia el original y una sensación de rutina.
Un excelente ejercicio de intriga bien calculada. Un estudio de personajes metódico y ejecutado con una precisión admirable, ofreciendo dos impresionantes interpretaciones principales.
Salvaje y extremadamente violenta, esta obra presenta un humor negro tan profundo como un pozo de petróleo. Se trata de una moderna reinterpretación de Bonnie & Clyde que abraza la cultura pop, dejando a nadie sin ser tocado.
Ripstein regresa al melodrama descarnado. El problema no radica en la estructura, sino en la percepción de que el guión carece de fuerza y se limita a lo puramente anecdótico.
Una de esas dramedias con un protagonista carismático y un secundario excepcional. Al igual que el reciente éxito de Intocable, esta película se enfoca más en el sentimiento primordial que en el análisis intelectual.
No es un documental, pero la extraordinaria interpretación de Timothy Spall hace que parezca que no hay ni un ápice de ficción. Un biopic muy solvente.