El principal inconveniente de 'La sociedad de la nieve' es su duración. Con dos horas y media de metraje, una edición más ágil podría haber reducido su tiempo y facilitado una proyección más amena.
Cuando hay un personaje como Paul Giamatti, que se revela a través de cada escena, mostrando un desarrollo que trasciende la primera impresión, estamos ante un gran intérprete, un excelente realizador y una película que realmente nos cautiva.
La película tiene una hechura impecable. Lorenz es un narrador clásico, lo que hace que En tierra de santos y pecadores se presente sin ningún dislate, ofreciendo una historia de redención tanto de un lado como del otro.
La película se distingue por su capacidad de escapar de la típica fórmula de Disney, apartándose incluso de la historia que le da origen. Gillespie aporta un tono más sombrío y misterioso, logrando que la Cruella interpretada por Stone tenga una personalidad y una presencia únicas.
McCarthy suele destacarse más cuando evita la comedia superficial del nuevo cine americano y se atreve con personajes más complejos y multifacéticos, como ocurre en este filme.
Un filme contundente, que (re)descubre el talento de Naishtat, esta vez, sí, con una película más ambiciosa y que seguramente llegará a un público que, hasta el momento, no lo conocía.
Ryan Gosling y Russell Crowe presentan una dinámico dúo que evoca a las emblemáticas parejas del pasado en esta brillante comedia de acción con un estilo setentista. Hay un evidente tributo a lo retro en la obra de Shane Black, quien se propuso realizar un filme en la línea de aquellos que ya no se producen hoy en día.
Un filme de box necesita, además de punch, corazón, historias de triunfos, sacrificios y, cuándo y cómo no, controversias. 'Manos de Piedra' las tiene.
La ficción a veces supera a la realidad, y aquí, cuando la realidad parece de ficción, no queda otra que relajarse y disfrutar de un acabado producto cinematográfico. Hollywood lo ha hecho otra vez.