Todo lo que narra 'El arma del engaño' es verídico, lo que resulta sorprendente. La dirección de Madden se enfoca casi exclusivamente en los interiores de Londres. La película explora una guerra diferente, la que se libra entre espías y también las tensiones internas entre los propios ingleses.
El resultado es un buen filme, que mantiene la tensión, pero, la verdad, no hacía falta ese subtitulado al inicio, porque altera en cierta manera la predisposición del espectador.
Scafaria construye una película que se mueve entre la denuncia, la comedia negra y el drama, buscando generar empatía en el espectador hacia las protagonistas. No las presenta como víctimas. A lo largo de la historia, vemos a López en una interpretación como nunca la habíamos visto antes en el cine.
Lo cierto es que la película presenta momentos sin intensidad, con un guión que avanza muy lentamente. Debería haberse ajustado más el ritmo y haber dado mayor energía a las escenas que realmente lo necesitaban.
Un auspicioso debut en la realización cumple Fernán Mirás con 'El peso de la ley', porque amalgama bien el thriller y el drama con pasos de comedia, y roza el cine de denuncia.
A Stone disfruta ser didáctico y no duda en explicar un tema en múltiples ocasiones si es necesario. Por esta razón, su película parece dirigida a un público joven, a pesar de incluir algunas escenas de sexo.
Un punto débil es que el guión no explora a fondo la relación entre Laurel y Stacie, lo que hace que esa trama quede rezagada en comparación con las demás.
La película tiene un click cuando resta media hora de metraje, en el que, por más que se base en una historia verídica, lo que sucede suena a desmedido y resta verosimilitud.
Sí, evidentemente es una película de las de antes, y de la clase de las que sabemos lo que va a pasar, todo parecerá arruinarse y... Pero nos dejamos embaucar. Y disfrutarlo.
Una obra que obliga a reflexionar constantemente, y que seguramente es aún hoy más provocadora -no provocativa- que 'La Pasión de Cristo' (2004) de Mel Gibson.