La trama explora temas de fe y lealtades, presentando un elenco de personajes pragmáticos y cerrados. El film de Joshua Marston permite que cada espectador forme su propia interpretación, sin inclinarse hacia una postura definida.
Todo lo que se imagina se cumple. La duración de una hora y 44 minutos puede parecer más extensa de lo que realmente es, a pesar de que Céline Dion interprete varias canciones.
Aukerman no ha revolucionado el cine con 'Entre dos helechos'. Sin embargo, la calidad de las bromas durante las entrevistas es insuperable en comparación con lo que sucede detrás de cámaras en el programa.
'Los delincuentes' es sin duda una de las obras más destacadas de Rodrigo Moreno, ya que combina elementos de sus trabajos anteriores y representa su ambición más clara hasta la fecha.
Hay una abundancia de acción y destrucción, y los rangers muestran un excesivo heroísmo, pero la falta de originalidad resulta ser un punto débil para la película.
En la película original de 1988, dirigida por John McTiernan, John McClane se encontraba solo ante grandes adversidades, lo que lo obligaba a usar su ingenio. Sin embargo, en esta versión, ese aspecto tan esencial brilla por su ausencia, tanto en el desarrollo del personaje como en las circunstancias que enfrenta.
Esta 'Guasón 2' es igualmente sucia, pero ordenada y vibrante, al igual que su predecesora. Sin embargo, no logra mantener nuestra atención de forma constante, y le falta la profundidad necesaria para destacar plenamente.
Es una repetición de lo que ya hemos comentado en múltiples ocasiones. Snyder hace hincapié nuevamente en el excesivo uso de la cámara lenta, lo cual resulta cansado.
En comparación con la entrega anterior de 'Mi villano favorito', esta cuarta película presenta una mayor cantidad de ideas, chistes más ingeniosos y una narrativa que se siente mucho más cohesiva.
El filme original dejó una huella memorable, sin embargo, esta tercera entrega no logra aprovechar el talento del elenco ni elabora una trama adecuada, cayendo en una representación misógina.
La apreciación de una película depende en gran medida de la confianza que se otorga al director, quien invita al espectador a sumergirse en su visión. Al final, siempre es el público quien decide.