Entre momentos de absurdo y complicidades de género, la obra llega a su fin. Nos quedamos reflexionando sobre la falta de sentido de tantas peleas, mientras las destacadas actuaciones permanecen atrapadas entre cuatro paredes.
El tema es atractivo, pero la forma en que se presenta deja mucho que desear. En ocasiones, parece que se intenta evitar la romantización, pero se le otorga un tono discutible.
Es una realización, un despliegue visual, una manera de utilizar la cámara poco habitual. Claro que a la película le hubiera venido bárbaro contar con un guion más sólido.
Besson regresó al cine de acción con una narrativa modesta que no parece contar con los elementos necesarios para destacar en la competencia en Venecia.
Un moderno musical medieval en dos actos, pero que Dumont logra conservar en un ámbito cinematográfico gracias a un preciosismo visual que ofrece un respiro al espectador entre cada una de sus irreverentes coreografías.
Una película de digestión rápida, y a algunos puede resultarle tediosa. Pero tiene un personaje de carne y hueso, que respira y al que le circula sangre en sus venas.
Toda la atención que uno le ha puesto a lo que ve, o se multiplica o disminuye. Es que el director Jeff Baena no se decide ni por una cosa ni por la otra. Y entonces, el filme como que queda naufragando. A la deriva.
Desde la realización, Linklater evita los clichés en las relaciones de pareja, presentando la historia a través de un enfoque dinámico y lejos de lo vulgar, resultando en una propuesta sumamente atractiva.
Gran adaptación de una novela de Eduardo Sacheri, con un elenco que impresiona por parejo y talentoso. 'La odisea de los giles' tiene todo para ser el éxito del año del cine argentino.
Kaurismäki es un maestro del humor sutil, quien sorprende con situaciones inesperadas y movimientos impredecibles de los personajes. Su manejo del ritmo interno es excepcional y poco frecuente en el cine contemporáneo.
Es una profunda exploración de las relaciones humanas, donde cada individuo asume un papel específico. Se observa cómo se manejan las dinámicas cuando el hastío se convierte en el factor predominante, dejando de lado tanto la sensibilidad artística como la lógica.
Agosto, además de tener en su trama tantos elementos sobre el derrumbe de una familia que dejan al espectador entre groggy y exhausto, es el tipo de pieza que se basa en las actuaciones.