La violencia se muestra de manera impactante, cautivando tanto la vista como el oído. La utilización de la cámara en mano, una iluminación casi natural y el desempeño de los actores, que aparentan ser inexpertos, contribuyen a esta experiencia visceral.
Las peleas carecen de sofisticación, las interpretaciones son lamentables y el flashback, aunque no lo revelaremos, resulta totalmente fuera de lugar, dificultando nuestra conexión con Knight y la película en sí.
Polanski recurre más a la violencia psicológica que a la física. Aunque no alcanza la grandeza de 'Repulsión', a sus 76 años, el director de 'El bebé de Rosemary' logra mantener cautivado a su público durante más de dos horas.
Lo más destacado de 'Caso Roe' radica en su planteamiento y estilo. La obra capta el interés y la emoción a través de lo que presenta y sugiere, en lugar de centrarse en un desarrollo extenso.
El tema es atractivo, pero la forma en que se presenta deja mucho que desear. En ocasiones, parece que se intenta evitar la romantización, pero se le otorga un tono discutible.
Alexandre Aja maneja habilidosamente el suspenso y es capaz de crear momentos de miedo impactantes, sin embargo, el tema pudo haber explorado una mayor profundidad.
Menos desconcertante de lo que suele presentar el director de 'Melancolía', 'The Kingdom Exodus' ofrece un toque de humor, algo de absurdo y una paleta de colores impactante. Es una obra que definitivamente merece ser vista en su totalidad.
El espectáculo visual en las batallas es impresionante. No se debe esperar coherencia, sino que cada escena debe sorprender. Hay un final abierto, y quienes intenten establecer conexiones con 'Transformers' tendrán una ardua tarea.
Aunque parece que la parodia es el foco principal, en realidad se convierte en un pastiche que se extiende demasiado, ya que la efectividad de los gags no siempre resulta ser efectiva.
Efectista, pero con efectos poco logrados. La sangre no se ve real. El gran inconveniente es que, al no perdurar ningún personaje, se hace difícil preocuparse o empatizar, porque en pantalla no hay quienes sobrevivan.
Con una trama que no aporta nada nuevo al género distópico, se puede comparar con un plato principal que se sirve a una temperatura intermedia y un poco sobrecocido.
Moller, quien también escribió el guión, utiliza la tecnología a su favor, sacando a relucir todo su potencial para intensificar la angustia en su primera película.