Pese a las buenas intenciones, aun desde la parodia, el melodrama requiere de fuerza y convicción. Sin embargo, se presenta a través de una serie de tópicos desangelados, interpretados con desgano y afectación.
Es quizás uno de los momentos más destacados de la ficción televisiva de este año que refleja el nuevo mundo en el que vivimos. No se profundiza en explicaciones ni en detalles, pero logra integrar el contexto de manera hábil en el desarrollo de la vida de los Pearson.
Si la comedia no logra establecerse, la química que se percibe en ciertos momentos entre padre e hija se desvanece en secuencias de montaje acompañadas de una música melodramática que destruye cualquier posibilidad de emoción genuina.
Es una experiencia sensorial, absurda y delirante, pero capaz de nutrirse de lo inexplicable para dar cuerpo a un mundo que desde hace tiempo ha puesto en entredicho todo lógica.
En esos detalles se encuentra el placer de su película, en esa construcción pausada de un universo que luego resulta ser otra cosa, en la expresión agobiada del genial Odenkirk que se revela como el actor perfecto (...) como un impensable vengador anónimo.
Propone una sátira desenfadada de todas las obsesiones que atraviesan a la cultura americana. (...) Con el espejo del cine de los hermanos Coen, la comedia negra de Taylor escala en intensidad a medida que enreda a sus personajes.
Campanella emplea su vasta cultura cinematográfica como base para su narrativa. Sin embargo, no todo se desarrolla como se espera: su humor, a medida que avanza la trama, pierde su tono oscuro y se vuelve, en ocasiones, demasiado ingenuo y superficial.
Una road movie impregnada de emociones. Todos los caminos se cruzan, como en un laberinto que no tiene principio y final, donde la circularidad condimenta los destinos con el mejor sabor del melodrama.
Los aires pop de esta versión se integran con un romanticismo intenso y una constante búsqueda de justificación para los caprichos engañosos que constituyen la esencia de la sátira de Pierre Choderlos de Laclos.
Es una experiencia desconcertante que establece su premisa de forma muy particular. Logra, a través de su originalidad, capturar la atención sobre el duelo y el complejo proceso de aceptar la muerte.
Alena Yiv logra transmitir intensas emociones a su personaje de manera sutil, evitando exageraciones y enfatizando lo que no se puede expresar con palabras a través de su mirada y gestos.
Renuncia a la verosimilitud en pos de brindar grandes dosis de acción y adrenalina. (...) cae en el vicio de la acumulación de situaciones y subtramas, pero cumple con su cometido: entretener.
A medida que la serie se adentra en el thriller y se aleja del drama doméstico, se mantiene una atmósfera de incertidumbre, dejando al espectador cuestionándose constantemente la naturaleza de los eventos y la realidad que los rodea.
Sostiene la tensión con eficiencia a lo largo de sus cuatro episodios y Halfpenny consigue trasmitir esa muda desesperación que se estrella contra una realidad que ha decidido silenciarla y obligarla al olvido.
Sin despegarse de las coordenadas del noir, 'C. B Strike' no solo se nutre de la notable química entre Tom Burke y Holliday Granger, sino que a medida que avanza el relato las historias de ambos se despliegan y entrelazan.