La película de Peter Jackson es conmovedora e imperdible. Este absorbente largometraje captura la esencia del tiempo en Londres, ofreciendo una experiencia única que vale la pena vivir.
Un documental singular, una obra monocromática deslumbrante y llena de vida que captura de manera impresionante la experiencia de un joven negro en San Francisco durante el agitado año de 1968.
Estaba tan embelesado, tan atrapado en esta película, que no fui consciente de cuál iba a ser el final hasta que la pantalla se apagó. Es un drama absorbente y comprometido.
Esta franquicia ha llegado de forma robótica y con un sonido metálico a su sexta entrega y parece que no tiene intenciones de detenerse, ya que no solo se repite a sí misma, sino que también repite sus propias repeticiones.
Podría haber sido un thriller típico, pero Egoyan desafía la paciencia del espectador y menoscaba su inteligencia con un drama que resulta ser completamente ilógico.
La película logra equilibrar momentos de humor y diversión que ofrecen un alivio ante la tensión, a la vez que sugiere que hay más sorpresas por descubrir.
Hay momentos potentes y de elegancia. Sin embargo, en 'Match Point' el diálogo se siente como si estuviera escrito en un inglés elitista que Allen parece haber obtenido de un manual de Berlitz.
La película de Marsh se desarrolla de manera tranquila y equilibrada, con un enfoque pesimista. La tensión se presenta de manera sutil, tal vez incluso más de lo que sería deseable.
Thriller psicológico que no logra alcanzar su potencial, aunque tiene momentos impactantes. En ciertos sentidos, recuerda a 'Repulsion' de Polanski, pero se queda corto en varios aspectos.