El cuarto largometraje de Ruben Ostlund está meticulosamente elaborado, mostrando una estética visual impresionante incluso en las escenas más simples y ofreciendo una profunda percepción emocional que roza la exageración.
Todo encaja de manera bastante ingeniosa, aunque está claro que, en la orquestación de su innecesariamente complicada narrativa no lineal, Llosa confunde confusión con suspense.
Doug Liman presenta una propuesta arriesgada al permitirnos acceder a los pensamientos de los personajes. Sin embargo, esta idea que promete frescura acaba volviéndose agotadora con el tiempo.
Este notable primer trabajo fusiona rasgos de clásicos del género distópico, creando una alegoría sobre las transformaciones en el poder que pueden dejar a la humanidad vulnerable.
Una de las películas más divertidas sobre el concepto del '¿qué pasaría si...?' en la historia del cine. Es probable que los aficionados queden fascinados y que la película sorprenda con su fascinante desenlace.
Es una película de género que logra transmitir una impresionante sensación de autenticidad. 'Shot Caller' se sostiene en su energía potencial, lo que le otorga una seriedad inesperada pero muy apreciada.
Una comedia negra creativa y artificial que actúa como un juego de ilusionismo. No es para todos los gustos, pero la peculiar rutina de Vermut, aunque requiere más trabajo, seguramente ofrecerá sorpresas emocionantes en su carrera.
Los personajes transitan sin cesar por la casa, generando una atmósfera cautivadora. Levinson otorga a sus actores un tiempo equitativo, manejando con precisión la sensación de balance.
Puede verse como una variación de la 'Dolor y gloria' de Almodóvar. No es profunda, pero nos distrae de nuestra soledad y nuestros propios dolores físicos.
Una directora alemana prometedora, Eva Trobisch, presenta a un personaje multidimensional interpretado por Minna Wündrich, quien lo hace con una honestidad que impacta profundamente.
Rondero y Valadez tratan el tema de las guerras del narcotráfico en México desde una perspectiva única, combinando su enfoque sensacionalista con la sensibilidad característica del cine de arte y ensayo.
Engancha la mayor parte de su metraje, el resultado, de carácter ultraprofesional, puede que sea más respetable que disfrutable, pero no se le puede negar que es poderoso.
La película eleva la fórmula en varios aspectos fundamentales, presentando un villano con un fuerte compromiso político y un desenlace que impacta emocionalmente.