Farrell y Gaynor tienen una gran química en pantalla, ofreciendo experiencias memorables que resonarán profundamente en los espectadores que sepan conectar con sus emociones.
El director y el público se convierten en voyeurs, imponiendo nuestros relatos sobre lo que observamos en la pantalla, al igual que cuando organizamos el mundo que nos rodea.
Una colección de imágenes cautivadoras que buscan generar un impacto profundo y reflexivo. Siempre hay algo notable que puede despertar emociones o causar admiración.
Las obras de Jarmusch, Aki Kaurismäki, Victor Erice, Werner Herzog y Wim Wenders resultan ser decepcionantes. Por otro lado, la película de Spike Lee atrapa con su encanto, mientras que la de Chen Kaige destaca por su inteligencia y emotividad.