Un extraordinario thriller de cine negro, con el gran Pierre Fresnay, sobre el corrosivo efecto de unas cartas con veneno en un pequeño pueblo francés.
El principal fallo de Zaillian radica en haber trasladado la trama a las décadas de los 40 y 50. Además, la actuación de Sean Penn resulta ser inquietante y excesivamente arrogante.
Una película vibrante, de las pocas que hizo a color, que toca temas universales a través de la historia de un actor de mediana edad y su joven amante.
Con una evidente inspiración en las películas de samuráis de Kurosawa, las batallas han sido recreadas de manera efectiva. No obstante, no logra plasmar la Normandía del siglo XI con la misma profundidad que 'The War Lord' de Franklin Schaffner.
La película refleja magistralmente las tensiones presentes en Gran Bretaña en 1951, apoyada por un elenco excepcional, una música ingeniosa de Benjamin Frankel y una fotografía en blanco y negro meticulosamente lograda por Douglas Slocombe.