Una atmósfera que va haciéndose gradualmente más inquietante sin que apenas notemos el cambio, lo cual genera una experiencia envolvente. Es un filme menos compacto de lo esperado, que avanza por impulsos, aunque está lleno de ideas muy interesantes.
A los cineastas norteamericanos les fascinan las historias de grandes estafas. Aquí hay una magnífica veta de oro para hacer realidad el enésimo sueño americano.
Resulta algo tópico en la forma de presentar a unos y otros, pero posee también elegantes soluciones de puesta en escena que hacen más aterradora, si cabe, la expresión de la violencia.
Se suma a 'J. Edgar' y 'El francotirador', películas que, aunque no se consideran progresistas, son más éticas que muchas producciones de Hollywood que se autodenominan de izquierdas. Eastwood critica con contundencia a la prensa sensacionalista y a las manipulaciones del FBI.
Es una película sin complejos, un drama desaforado que asume su tono exacerbado desde el primer momento. Es un filme que refleja una realidad a menudo silenciada.
Stahelski continúa con su característico estilo en las impresionantes escenas de acción, manteniendo una coreografía impecable. La trama no se siente sobrecargada a pesar de su duración cercana a las tres horas, las cuales transcurren de manera tan fluida como en entregas previas.
Exceso de tiroteos, golpes de artes marciales y planos gore. Las cosas no siempre salen bien por acumulación, sobre todo cuando debajo de esa superficie de hemoglobina no hay nada que rascar.
Un filme bellísimo que no se queda solo en la plasticidad coreográfica de las escenas de acción. Es también una tragedia sobre la ambición política en la China feudal.
El emocionantes inicio no se traduce en un desarrollo adecuado. La película sacrifica la atmósfera inquietante a favor de algunos giros impactantes y explicaciones demasiado claras.
Green muestra una extrema contención y respeto por los estilemas del cine de terror de los 70, solo que introduciendo un poco de humor y, sobre todo, una jugosa variación del punto de vista.
Sorogoyen trabaja de manera efectiva la contraparte de los dos personajes policías. Se logra una armonía entre la rigurosa investigación policial y el retrato de dos personajes que parecen no tener salida.
No se parece a ninguna otra comedia italiana de reciente factura. A pesar de la originalidad en la historia y en la manera de representar el choque entre culturas opuestas, también resulta ser una película un tanto rudimentaria y excesiva.