Aunque bien narrada e interpretada, la película tiene un cierto poso telefílmico, una corrección que a veces va a la contra de la tensión que procura la historia.
Una excelente Isabelle Huppert recupera la idiosincrasia original del texto de Stevenson, su reflexión sobre el bien y el mal, situándolo en el contexto de la enseñanza, la superación y la autoestima.
Experimento extremo que prioriza la imagen sobre la narrativa, donde conviven elementos tan dispares como una tortuga ninja de plástico y una hermosa representación del paisaje etíope. Resulta difícil clasificarlo.
Carece de la ironía y comedia negra que se pueden apreciar en los dibujos de Addams o la serie de televisión de los 60. El resultado es un filme entretenido, sin más. El grafismo es bueno.
La película presenta un retrato de la realidad cotidiana, casi costumbrista, que se entrelaza con una narrativa mucho más ambigua. A lo largo de su desarrollo, incluso incorpora momentos que recuerdan al cine gore.
Es una amalgama de comedia, drama, intriga, cómic y fantasía. Un cine popular realizado por un tipo bastante impopular, pero a todas luces solvente cinematográficamente hablando.
La película se sostiene gracias al gran talento de Mirren y McKellen, el cual es indudablemente alto, sin embargo, carece de una trama más interesante o sorprendente.
Película sobre el conflicto entre palestinos e israelíes que incluye comedia romántica y ligera. El drama secular se transforma en una comedia de enredo.
Retrato amable de un conflicto. La narrativa transita de un tono a otro, recuperando personajes y dejándolos de lado de manera algo azarosa. Presenta buenas ideas argumentales, aunque no logra unirlas en una estructura coherente.
Payne se la ha jugado. Ha hecho su producción más gigante con personajes en miniatura. Ha cambiado de género. El resultado es valiente, atrevido. Evolucionar aunque se pierda algo por el camino.
La película logra equilibrar de manera efectiva el protagonismo individual con el colectivo. Las relaciones se presentan como más sólidas o distantes, con cambios notables que aportan una sensación de autenticidad dramática que merece atención.
Claudel ha sido novelista antes que cineasta, y se nota en el filme la supeditación de la imagen a la palabra; palabras interesantes, imágenes que no lo son tanto.