El filme plantea una elección entre la lógica de las matemáticas y la intensidad de las emociones. En este dilema está sumido el protagonista. La actuación de Ella Rumpf es fundamental, otorgando profundidad y matices a la historia.
No es una película impecable, tiene sus altos y bajos, con ciertas escenas cautivadoras y otras que desentonan. Sin embargo, ‘Baby’ refleja fielmente la visión que Bajo Ulloa ha querido plasmar, lo cual es digno de reconocimiento.
Funciona de manera efectiva gracias a la cámara que sigue a los personajes. Está impregnada de matices y una profunda tristeza que los Dardenne logran expresar con naturalidad.
Destaca principalmente en la construcción de sus personajes, quienes son retratados de manera ambigua, transparente y lógica, aunque también muestran rasgos irracionales y violentos. Sin embargo, la exposición de las situaciones a las que se ven confrontados no resulta tan efectiva.
Ecos de ‘Carretera asfaltada en dos direcciones’, iluminada por la cámara que sigue a los personajes de los Dardenne, siempre en movimiento y con un enfoque directo, aunque en la actualidad su estilo nos resulta menos sorprendente.
No es una película que busque profundizar en los riesgos de la inteligencia artificial ni imitar a Chucky. Se desarrolla con confianza y, aunque no sorprende, logra captar el interés del espectador.
Vicario demuestra su destreza al narrar esta historia íntima que se entrelaza con las dinámicas de poder masculino, religioso y aristocrático en el entorno social explorado.
La forma en que Denis Villeneuve aborda la ciencia ficción es audaz, hermosa y conmovedora. La conexión y la actuación medida de Amy Adams son igualmente esenciales.
Solo un arranque deslumbrante. La primera de las cuatro historias es magnífica. Las otras tres no están en idéntica sintonía, siendo más convencionales tanto en forma como en argumento.
Oksman invierte la narrativa al hacer que sea el cine español el que narre la historia de una revista, cuando tradicionalmente esta ha sido la encargada de relatar el cine ibérico. Esta perspectiva única aporta un enfoque fresco y original a la historia.
Este drama de Andreu Castro explora cómo la guerra de Irak en 2004 afecta profundamente una reunión familiar navideña, donde se evidencian diversos conflictos personales entre sus integrantes.
A ratos resulta peculiar, mientras que en ocasiones se torna excesivamente teatral. Retrata adecuadamente el proceso artístico de Bonnard, aunque en ciertos momentos se ve abrumada por una oleada de emociones.
Una desoladora historia de infancia ultrajada con un tono entre realista y popular, apelando a veces a un exceso de sentimentalismo pero capturando en toda su crudeza las vivencias mostradas.
El filme se presenta de manera honesta, aunque podría beneficiarse de una pausa dramática para ser más impactante. A pesar de esto, el trabajo sobrio de la actriz Natalia de Molina enriquece la historia.
Cabot y Garrido enfocan su atención en el rostro marcado por las experiencias vividas, retratando la noche tal cual es, en la oscuridad. Su obra, aunque con un estilo secante y potente, coquetea con la esencia del documental.
No es completamente un documental; también incorpora aspectos de ficción y recreación. Algunas escenas están tan minuciosamente elaboradas que resulta difícil considerarlas como una representación fiel de la realidad.