El edificio y el trabajo se presentan como una poderosa metáfora de un tenue ascenso social, narrado desde una perspectiva visual cautivadora y respaldado por la destacada actuación de Gabriela Cartoi.
La planificación en formato panorámico es exquisita. Esta historia redimensiona sus propias limitaciones hasta convertirse en un canto a la libertad expresiva, acercándose más al cine de género que al de autor.
La premisa inicial resulta entretenida, pero no alcanza para los 88 minutos de duración, ya que podría haberse explotado mejor. Gran parte de la efectividad radica en la actuación de Fox.
La película se convierte en una historia centrada en persecuciones y lucha por la supervivencia, sin profundizar en los temas que introduce al principio.
Casi todos los invitados coinciden en la esencia de ser batería, destacando la importancia del ritmo en el rock. Sin embargo, hay un aire reivindicativo que resulta innecesario. Los amantes del género ya comprenden el papel fundamental de este instrumento en la música.
Repleta de ironía hacia el cine, esta obra se sostiene gracias a personajes bien elaborados y a actuaciones destacadas. La violencia se combina de manera efectiva con el humor, y su narrativa intrincada la hace aún más impactante.
La adaptación teatral es evidente en cada plano. Los actores, aunque talentosos, interpretan personajes excesivos, mostrando una falta de control que evita caer en lo ridículo.
En 1996, 'Twister' transformó a los tornados en una amenaza aún más mortífera de lo que son en realidad. 'Twisters' amplía la magnitud de los ciclones y destina más recursos a los efectos digitales, sin embargo, la trama es prácticamente la misma que la de su predecesora.
Es un ejercicio dinámico y cohesivo que mezcla géneros de manera efectiva y entretenida, aunque resulta patético en la construcción de algunos de sus personajes. En resumen, es provocador de forma sugestiva.
Sigue la herencia del icónico título de películas sobre asesinos a sueldo 'El silencio de un hombre'. La trama se centra en una búsqueda de venganza, presentando momentos fascinantes a lo largo del camino.
Puede ser voluntariosa y hasta simpática en su restitución de la imaginería del spagueti-western, pero también resulta enfática y gratuita en sus explosiones de violencia sádica, mostrando poca o ninguna profundidad en su tipología.
La trama es bastante directa y los personajes no presentan una profundidad significativa. Se centra en escenas de acción intensas, con persecuciones impresionantes y un enfoque en la adrenalina como principal atractivo.
Juega con varios géneros y atmósferas, haciéndose fuerte precisamente en su indefinición genérica. Mysius teje una atmósfera muy tensa y realista con elementos diversos y bien trabajado.
Como drama intenso, tiene un enfoque muy francés que puede parecer un tanto exagerado. Desplechin navega en esa línea tan delicada entre lo sublime y lo ridículo.