De las disquisiciones sobre políticas económicas y éticas sociales, la película deriva hacia una oda a la comprensión y la aceptación con dos excelentes actores.
Todo lo bueno que tiene el planteamiento choca con el conservadurismo de su estilo (narrativo, interpretativo, musical), por lo que se produce desequilibrio entre fondo y forma.
Parece estar planteada como una experiencia suprema. Seguir el desarrollo de los acontecimientos es distinto, pero como experiencia cumple con las expectativas, aunque solo convence a quienes ya estaban convencidos.
El espectador no sabe a ciencia cierta si lo que ocurre es un sueño o es realidad. En esta duda aparente juega sus mejores bazas esta película a ratos algo histriónica, manteniendo un ritmo bastante ágil.
Algunas secuencias de sadismo físico de esta historia animada de venganza paterna podrían haber formado parte de cualquier entrega de la saga 'Saw'. Un inmenso juego de rol.
Es tan naïf como genuinamente artesanal, una mezcla de cuento fantástico y relato de aventuras. El tratamiento de los fondos y el movimiento de los personajes forman parte de un estilo de animación que se niega a desaparecer.
Lo mejor de este nuevo ‘biopic’ sobre Marie Curie reside en su estructura. Satrapi rueda con elegancia, pero con frialdad, y Rosamund Pike pone el resto.
Concisa aunque con algunas veleidades estetizantes, esta biografía de la escritora Marie de Régnier es una reivindicación del sexo y la curiosidad por el cuerpo.
Es una película biográfica que se adentra en las áreas más complejas y dolorosas de la vida del artista retratado. Las actuaciones son sólidas, aunque la narrativa se siente plagada de clichés.
Un sugerente ejercicio sobre perspectivas complementarias en el que resulta primordial el trabajo con el blanco y negro y el color, por separado o mezclado en algunos encuadres.