Es fácil que 'Los Farad' cautive al público por varias razones: un reparto comprometido y una trama envolvente. Destacan los giros narrativos en los dos últimos episodios de la serie, así como la impresionante banda sonora.
Una serie bien documentada que da verdadero pavor ante la facilidad para embaucar a la gente. Lo peor: Tiene muy pocas imágenes de archivo y las repite constantemente.
Cumple tanto como retrato de los suburbios como en el plano del horror derivado de las arañas. Un espectáculo que no renuncia a lanzar mensajes comprometidos y que homenajea a un sector de la población relegado a las sombras.
Una correcta película de animación con valores positivos para ver con la gente menuda y cuenta con un apartado visual bastante impresionante en el que todo funciona a la perfección.
Bill Skarsgard se come la película: una colección de secuencias de acción inspiradas en Street Fighter que hará que los jugones y los amantes de la acción se lo pasen de maravilla.
Rodado con pulso firme, la película se destaca como un efectivo thriller policiaco que no olvida su compromiso con la denuncia social y su conexión con la realidad actual.
La película presenta los mismos problemas que la anterior y, además, enfrenta un inconveniente adicional: su extensión excesiva. Aunque intenta resaltar valores positivos como la deportividad, se siente forzado en su intento de promocionar a Movistar Riders.
Zack Snyder muestra su esencia, tanto positiva como negativa. La película carece de un guión que esté a la altura de su ambición estética. Es un conjunto desconcertante, aunque sorprendentemente familiar.
La idea de la película es magnífica: desarrollar uno de los pasajes de la novela de Bram Stoker en una película de calificación R perturbadora y atmosférica. A veces todo eso se queda solo en el terreno de las intenciones, pero cuenta con momentos climáticos memorables.
Bonita tragicomedia quijotesca en la que vemos a dos hombres desarrollar una camaradería que los hará evolucionar a ambos. Tierna, sentida y emocional.
Pura diversión y amor al noble arte de cruzar los límites de lo imposible invita a dejar los problemas fuera de la sala para reír y disfrutar de lo lindo.
Cuenta con todos los elementos necesarios para mantener a la audiencia clavada en la butaca: personajes carismáticos salidos de la nada, un BSO fantástica, buenos valores de producción y un trasfondo económico y social.
Lo más interesante, más allá del reto interpretativo que Glen Powell parece asumir gustoso, es el viaje del protagonista (...) Con sus luces y sus sombras es bien entretenida y te saca más de una sonrisa.
Una película muy dinámica, repleta de humor y con una gran cantidad de memes elocuentes. Sin embargo, a pesar de su aparente intención didáctica, en ocasiones resulta difícil de seguir debido a su rápido montaje.