Una pieza de época en blanco y negro con un toque folclórico sumamente inquietante, un desolador capítulo histórico atemporal y aún más perturbador por ello.
Una tremenda y aburrida decepción. Los efectos visuales son confusos y faltos de coherencia, y esta insípida secuela de Marvel no logra igualar la calidad de la entrega original protagonizada por Chadwick Boseman.
Quizás había expectativas de que la película 26 de Marvel lo llevara a nuevos horizontes. Sin embargo, lo cierto es que la franquicia se mantiene atrapada en su zona de confort.
Evasiva, espinosa y cautivadora, desafía numerosas normas de buen gusto de forma intencionada, buscando impactar en lo más profundo de la experiencia del espectador.
Monstruos enfrentándose y eso es todo. Godzilla y Kong participan en aventuras que son increíblemente tediosas. Y, por cierto, ¿cuál es el nombre de la película?
La película de Jon Turteltaub supera con creces a las recientes coproducciones insípidas entre EE. UU. y China. Aunque no alcanza a ser una obra maestra, logra entretener y destaca en el género de cine de calidad inferior.
El rockero es una figura demasiado voluble como para que un biopic pueda captarlo por completo, pero esta magnífica película se acerca todo lo posible.
Las canciones son increíbles y el carisma de George Michael permanece, pero la película tiene un alcance reducido y no aporta nada fresco a los seguidores.
Su percepción del país y de la celebridad sigue siendo tan única y colorida como lo fue hace cincuenta años, y continúa siendo increíblemente entretenida.