La película presenta una colisión de ideas visuales en desarrollo y una necesidad profunda y urgente. Todo ello se entrelaza en una obra poco convencional.
Una película extraña y lenta que resulta poco gratificante. Nos brinda más tiempo para reflexionar sobre su significado que para entenderlo claramente.
'Smoke' es una película superior, así que si no la has visto, te recomiendo comenzarla. En cambio, 'Blue in the Face' se siente más como un comentario accesorio.
Es ese tipo de película que llama tu atención y es espléndida de ver, pero que cuando termina te sientes vacío porque no tiene gran cosa, excepto sus ideas visuales.
La película aborda la espiritualidad y la moralidad con una profundidad que pocas producciones logran. Harvey Keitel, en su papel de teniente corrupto, brinda una de las interpretaciones más destacadas de los últimos años.
Jarmusch es un poeta de la noche, captura la esencia de lo oscuro y lo etéreo de la vida urbana. Sus películas poseen una atmósfera única que invita a la reflexión. Cada toma parece estar impregnada de significado, revelando la belleza en lo mundano y en lo olvidado. Su estilo, aunque minimalista, crea un impacto que perdura en la mente.
Una historia que puede ser triste y solitaria en ciertos momentos, pero que se encuentra iluminada por la reflexión de que cada experiencia es, en esencia, potencialmente ridícula.
Se trata de un thriller extraño, irregular y en general intrigante sobre un joven cuya vida de fantasía está totalmente controlada por las imágenes de las películas.
A pesar de su brillantez superficial, caracterizada por diálogos ingeniosos e irónicos, la película aborda temas más profundos, evolucionando hacia una conmovedora reflexión.
Parece estar dirigida a los amantes de 'Pulp Fiction' y a quienes tienen estómagos fuertes. Te puede gustar o disgustar, o incluso ambas cosas, pero es innegable que hay que admirar su habilidad.
Es tan parecida a la vida real, como un documental grabado con una cámara oculta, que me trajo a la memoria conversaciones auténticas que había vivido, en las que se usaban palabras similares.
En un film de Hartley, uno no se aburre, pero va perdiendo el interés según va viendo que sus manipulaciones son tan arbitrarias como las tramas hechas a la vieja usanza.
Como 'Blue Velvet', es una película que no logra poner en claro sus propias fantasías oscuras. Lynch parece elaborar un guion inspirado en Buñuel con tintes de Jerry Lewis.
En manos de otro director, este escenario habría derivado directamente en sátira social. Sin embargo, Jarmusch no es satírico. Es un romántico que observa a América como un país extraño y cautivador.