Una película que tiene momentos interesantes, pero que no logra cohesionarlos. Los intentos de incorporar diversos efectos a lo largo de sus prolongados 94 minutos resultan abrumadores y, en ocasiones, decepcionantes.
Una película que se siente fallida a pesar de tener algunas escenas aceptables. La narrativa carece de ritmo y no logra captar el interés del espectador.
Una trama retorcida que atrapa al espectador en un constante intento de desentrañar el misterio, culminando en un desenlace sorprendentemente inverosímil.
La película se sostiene en la esencia de sus actores. Steve Martin y John Candy no solo representan sus papeles, sino que se convierten en ellos, aportando autenticidad y carisma a la historia.
La premisa resulta divertida y tiene potencial, pero el enfoque del director sueco Lars en un romance cálido no logra aprovechar la peculiaridad de la narrativa.
Presenta todos los ingredientes típicos de un western de acción, con abundantes tiroteos, peleas cuerpo a cuerpo y momentos intensos en bares. Sin embargo, se destaca por contar con una narrativa bien estructurada que aporta profundidad a la trama.