Como una novela de Graham Greene, no se centra en los hechos en sí, sino en el impacto que estos tienen en los personajes y la transformación que experimentan a lo largo de la historia.
A pesar de una atmósfera cautivadora y una actuación destacada de Josh Hartnett, la película se ve afectada por diálogos poco fluidos y una narrativa predecible.
Es una buena idea para una película. Por desgracia, se queda básicamente en una idea. Los personajes adquieren una importancia tan secundaria frente al artilugio que nunca sentimos gran cosa por ellos.
Una adaptación impactante y visceral de las Edades Oscuras y sus legendarias figuras heroicas. Sin embargo, resulta complicado seguir el hilo de la trama en cada escena.
Arriaga utiliza un enfoque que puede resultar excesivamente cerebral. Es una lástima, ya que los actores brindan actuaciones convincentes que merecen ser destacadas.
No logra impactar, especialmente considerando que es una obra de Kazan. Sin embargo, las impresionantes actuaciones de Kirk Douglas y Faye Dunaway logran destacarse.