No es una película destinada a los más pequeños, ni tampoco una obra de explotación. Se trata de un inquietante y sofisticado intento de reunir las pesadillas que se esconden tras la historia de 'Caperucita Roja'.
Bowie, esbelto y elegante, captura la esencia de este alienígena de manera tan efectiva que parece que fue creado específicamente para interpretar este papel.
[Miyazaki] presenta una riqueza compleja en cada escena. Los fondos están llenos de detalles y sus composiciones aprovechan el espacio de manera dinámica, reflejando una dedicación al dibujo que se nota en cada trazo.
Una gran desilusión donde las ideas de Peckinpah sobre la violencia se reducen a una combinación del siglo XIX de Kipling y un machismo evidente. Resulta particularmente ofensiva su hipocresía.
Una trama retorcida que atrapa al espectador en un constante intento de desentrañar el misterio, culminando en un desenlace sorprendentemente inverosímil.