Una descarga emocional para el espectador, que nunca está seguro de si la consagración sangrante de Andrew es una locura o es simplemente la necesidad de abrazar la oscuridad, que aquí usa camiseta negra ajustada, para perder todo temor y poder, al final, producir luz.
Agudo como es, Baumbach no deja títere con cabeza. En el balance final, lo que más perdura es la crítica mordaz a esos adultos que hemos llegado a ser, y a esos jóvenes que alguna vez fuimos.
Con 'Una buena receta' ocurre como con los platos de restaurantes mediocres. Uno piensa que la comida no estuvo tan horrible hasta que horas después empieza a repasar mentalmente lo mal hecho que estaba todo.
Es todo tan calculado para conmover que inevitablemente sospechamos de la intención, pero Lellouche esquiva la sospecha con buenos diálogos y secuencias imaginativas, que le funcionan muy bien gracias a su excelente reparto.
Cuando el director opta por un viaje inesperado para encubrir sus debilidades narrativas, parece evidente que si hubiera sido más fiel a la historia real que lo inspiró, podría haber alcanzado mejores resultados.
Es verdad que no encajan del todo los elementos de comedia romántica y hay muchos titubeos sobre lo que nos quieren decir, pero la película de Burman consigue ponernos de su parte.
Puede que se sienta larga en algunos momentos, pero esto se debe a que Schumer asume varios riesgos: se burla de los niños, del cine de autor de Woody Allen y de sí misma. Lo hace con un diálogo afilado, algo que se agradece en una época de guiones insulsos.
Esa inquietud, que potencia la película y le brinda su originalidad y belleza, la transmiten los ángulos extraños en los que pone la cámara (...) lo que tenemos es un espejo deformado de la realidad. Una pesadilla real.
Esta 'Mad Max' es un sopapo para quienes creen que la buena acción se basa en el caos y la confusión. A pesar de su frenética velocidad, las secuencias son un verdadero deleite para el espectador, quien siempre tiene claro lo que está sucediendo.
La trama carece de coherencia desde el comienzo. El verdadero inconveniente de este subgénero no radica en que los obstáculos que enfrenta “La roca” crezcan, sino en que las premisas que los sustentan se vuelven cada vez más insignificantes.
Curtis presenta dos historias de amor que, al no elegir entre ellas, afectan la cohesión de la narración. Utiliza canciones menos conocidas de los Beatles, lo que resulta casi insultante dado el legado de la banda.
La ganadora del Óscar a mejor película extranjera de este año demostró que la narrativa de la Segunda Guerra Mundial puede ser fresca y única, gracias a sus intensos y agotadores planos secuencia.
Anderson construye un universo impresionante, trabajando con esmero y precisión en la animación cuadro por cuadro, complementando su obra con la estética de la cultura japonesa, que en su tratamiento se transforma en un manantial de sorpresas y humor.
No sólo es una gran historia y un fascinante ejercicio de estilo, es una poderosa manera de acercarnos a una sociedad tan compleja como la egipcia y tratar de entender sus acontecimientos políticos recientes.
No es un documental impecable; presenta algunas secuencias que son innecesarias y carece de un análisis más profundo sobre los defectos de su protagonista, lo que provoca que en ocasiones se sienta como un elogio sin fin. Aun así, es un documental de gran valor.
El documental de Laura Brownson se destaca por su sensibilidad, creando una verdadera intimidad con los retratados. A lo largo de las escenas, va desmantelando nuestras certezas sin que sea necesario que ella exprese su opinión.
Aunque pueda parecer una película excesivamente dulce, la trama ligera y la sensibilidad con la que se desarrollan los personajes transforman a 'París puede esperar' en una experiencia refrescante. Es como disfrutar de un hermoso atardecer rodeado de grata compañía.
Los guiones de estas películas deben ser precisos. 'Al final del túnel' no logra atar todos los cabos de los criminales y recurre a un golpe bajo emotivo que parece fuera de lugar en un thriller que intenta evitar ser demasiado sádico o erótico.
No hay manera de salir ileso de esta historia, que ya nos lastima desde ese comienzo perfecto, en el que ambos, como parte de una terapia, recuerdan lo que les gusta del otro.
La película no cumple con las expectativas de su protagonista, ya que Akin no consigue que el aspecto más sólido de la trama se ajuste al ritmo pausado y distante que elige para narrar los altibajos del juicio a los presuntos culpables.